Jugadores de rugby
Una leyenda del Rugby advierte sobre el riesgo para el cerebro de los golpes en la cabeza
Los impactos repetidos pueden causar cambios tempranos y duraderos en el cerebro de atletas jóvenes
Médicos, investigadores y profesionales de la salud llevan años advirtiendo sobre las terribles consecuencias que pueden tener en el cerebro impactos repetidos en la cabeza, sobre todo en deportistas profesionales. El anuncio, hace unos meses por parte de la estrella retirada del rugby inglés Phil Vickery sobre una posible encefalopatía traumática crónica (ETC), hizo aún más visible la importancia de la concienciación. A pesar de que la enfermedad solo se puede diagnosticar post mortem, el diagnóstico al deportista de daño cerebral puede hacer pensar que Vickery sufre ETC.
El fútbol americano, el hockey sobre hielo, el rugby, el boxeo y en algunos casos el fútbol europeo son algunos de los deportes que más impactos reciben en la cabeza. Una investigación del pasado mes de septiembre, apoyada por los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EE.UU. y publicada en la revista Nature, demuestró que estos impactos repetidos pueden causar cambios tempranos y duraderos en el cerebro de atletas jóvenes y de mediana edad. Los hallazgos indican que estos cambios pueden ocurrir años antes de que la encefalopatía traumática crónica (ETC) desarrolle sus características distintivas, que actualmente solo pueden detectarse mediante el examen del tejido cerebral después de la muerte.
El Dr. Walter Koroshetz, director del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) explica: «Este estudio subraya que pueden ocurrir muchos cambios en el cerebro tras impactos repetidos en la cabeza» y añade: «Estos cambios cerebrales tempranos podrían ayudar a diagnosticar y tratar la ETC antes de lo que es posible actualmente».
Un equipo de científicos del Centro de Encefalopatía Traumática y Cardiovascular (CTE) de la Universidad de Boston, en colaboración con el Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. y el Sistema de Salud de Boston, encontraron señales tempranas de daño cerebral en atletas menores de 51 años, en su mayoría jugadores de fútbol americano, a partir del análisis de tejido cerebral post mortem.
Los investigadores emplearon herramientas de vanguardia para rastrear actividad genética y obtener imágenes a nivel celular. Los hallazgos van más allá de la clásica acumulación de proteína tau, característica de la encefalopatía traumática crónica (ETC), revelando una serie de alteraciones que podrían anticipar el desarrollo de la enfermedad.
Pérdida neuronal
El equipo detectó una pérdida del 56 % de un tipo específico de neuronas en una región cerebral especialmente vulnerable a los impactos. Sorprendentemente, esta pérdida se observó incluso en atletas que no presentaban acumulación de tau, y se correlacionó con los años de práctica en deportes de contacto. Esto sugiere que el daño neuronal podría aparecer antes de que la proteína tau se haga visible.
Asimismo, las células inmunitarias del cerebro (microglía) mostraron un incremento de actividad proporcional a la exposición prolongada a golpes en la cabeza.
Alteraciones en vasos sanguíneos
El estudio también identificó cambios moleculares en los vasos sanguíneos cerebrales, incluyendo patrones genéticos que sugieren actividad inmunitaria, reacción a bajos niveles de oxígeno y engrosamiento de pequeños vasos. Además, los investigadores describieron una nueva vía de comunicación entre microglía y células vasculares, que podría explicar cómo se desencadenan los procesos celulares que facilitan la progresión de la enfermedad.
A diferencia de estudios previos centrados en casos avanzados de ETC en adultos mayores, esta investigación pone el foco en atletas jóvenes y en las primeras señales celulares de daño cerebral. Los autores destacan que estos hallazgos podrían ser clave para detectar la enfermedad en etapas tempranas y desarrollar estrategias de prevención en deportes de contacto.
El testimonio del jugador de rugby inglés, de 49 años, ha dado la voz de alarma. Pero no es el único.
Otro ex compañero de equipo, Steve Thompson, de 46 años, relató en un documental de TNT Sports sobre la vida de los ganadores de la Copa Mundial de Rugby de Inglaterra en 2003 como también le han diagnosticado demencia de aparición temprana. En el documental ciontaba: «Es extraño. Ni siquiera recuerdo haber estado en Australia» y añadió: «Todo desapareció. No queda nada. Mi vida, todo lo que me rodeaba, simplemente desapareció».
El Dr. Richard Hodes, director del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA) de los NIH explica que «lo sorprendente son los drásticos cambios celulares, incluyendo una pérdida significativa de neuronas en zonas específicas de la piel en atletas jóvenes sin ETC detectable» y continúa diciendo: «Comprender estos eventos tempranos podría ayudarnos a proteger a los atletas jóvenes de hoy, así como a reducir el riesgo de demencia en el futuro».