Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid
Educación
Así detuvo Ayuso el rodillo del Gobierno en materia educativa
El Gobierno de Madrid recupera la lectura obligatoria de El Quijote o El Lazarillo en Bachillerato y destierra términos y conceptos que buscan adoctrinar a los alumnos
Madrid fue una de las primeras comunidades que prometió presentar batalla a los puntos más polémicos de la LOMLOE y el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso lo está cumpliendo.
En plena refriega política con el Ejecutivo central, la Educación aparece como uno de los asuntos capitales para implantar un modelo regional tan contrapuesto al nacional.
Los dirigentes madrileños entendían que, entre otros puntos de vista, la reforma educativa se perdía en un maremágnum de términos vacíos, tan del gusto del izquierdismo del siglo XXI, que en poco o nada ayudaban a los estudiantes madrileños a desarrollar sus habilidades y aptitudes.
Pero la confrontación iba más allá. El consejero de Educación, Ciencia y Universidades de la CAM avisó en una entrevista en El Debate que, a pesar de tanto papel mojado, el Gobierno al que pertenece «iba a poner todo aquello que un alumno de cualquier punto del territorio debería conocer» en ese 40 % que corresponde a las Comunidades Autónomas.
Sí a El Quijote y a El Lazarillo
Así, la Comunidad de Madrid ha decidido recuperar en el currículo de Bachillerato la lectura obligatoria, total o parcial, de El Quijote, La Celestina o El Lazarillo de Tormes.
El borrador del decreto del Gobierno madrileño, que detalla lo que tienen que estudiar los alumnos de los colegios de la comunidad de entre 16 y 18 años, menciona expresamente a Cervantes, Góngora, Quevedo, Lope de Vega, Calderón de la Barca… en contraposición de la LOMLOE, que no entra a concretar autores concretos, pero sí prescribe, en genérico, la lectura de clásicos de la literatura española desde la Edad Media hasta el Romanticismo para primero y la lectura de obras relevantes del último cuarto del siglo XIX y los siglos XX y XXI para segundo.
Adiós a «memoria democrática» y «roles de género»
«La izquierda tiene una serie de mantras y repiten esos conceptos hasta llegar al absurdo. No es necesario poner perspectiva de género noventa veces ni términos que no acepta la RAE como ecofeminista, ecosocial o ecodependiente», decía en esa misma entrevista Enrique Ossorio. Por eso, el Gobierno de Ayuso ha optado por desterrar del currículo de Bachillerato conceptos vacíos que implicaban una indisimulada carga ideológica.
Son términos que en la propuesta estatal se incluyeron en la asignatura de Historia pero que no aparecerán en Madrid.
Una terminología que será pulida para evitar arrastrar a los alumnos al caos ideológico, desterrando conceptos como «memoria democrática», «conciencia democrática», «roles de género», «identidades y sentimiento nacional», «ciudadanía global»; «compromiso con la sostenibilidad»….
La Consejería de Educación también ha decidido eliminar del currículo madrileño de Bachillerato ‘el proceso reformista y democratizador de la II República’ y todas las referencias coladas por el departamento de Pilar Alegría con el objetivo de blanquear e idealizar el régimen que desembocó en una guerra civil.
La amenaza a la libertad
De todas las críticas recibidas por la LOMLOE, quizás la que más se haya repetido en los últimos tiempos es que es una ley amenazante para la libertad que choca con la pretendida neutralidad ideológica.
En un comentado artículo de opinión publicado en este medio, Carmen Sánchez Maíllo arremetía contra los intentos del Gobierno central por adoctrinar desde las aulas, al proponer una polémica área llamada «Educación en valores cívicos y éticos» que superaba en sesgo a la ya discutida asignatura «Educación para la ciudadanía» que arribó en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero.
El sentir generalizado en España es que la educación no dependa de una vez por todas de los sucesivos cambios de gobierno sean del signo que sean. Urge, cada vez más, un pacto educativo entre las grandes fuerzas del arco parlamentario para lograr implementar una ley educativa para todos y por mucho tiempo.
En un comentado artículo de opinión publicado en este medio, Carmen Sánchez Maíllo arremetía contra los intentos del Gobierno central por adoctrinar desde las aulas, al proponer una polémica área llamada «Educación en valores cívicos y éticos» que superaba en sesgo a la ya discutida asignatura «Educación para la ciudadanía» que arribó en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero.
El sentir generalizado en España es que la educación no dependa de una vez por todas de los sucesivos cambios de gobierno sean del signo que sean. Urge, cada vez más, un pacto educativo entre las grandes fuerzas del arco parlamentario para lograr implementar una ley educativa para todos y por mucho tiempo.
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