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Mujeres protestan con carteles durante la manifestación convocada por el 8M

Mujeres protestan con carteles durante la manifestación convocada por el 8MEuropa Press

El término 'feminismo' genera rechazo al 42 % de las mujeres y al 62 % de los hombres

Las conclusiones de la investigación se han obtenido a partir de entrevistas a 1.000 hombres y 1.000 mujeres entre 18 a 64 años que residen en España

A pesar de los esfuerzos políticos y económicos destinados a este menester, el término feminismo genera rechazo, precisamente por esa apropiación e imposición que se llevan a cabo desde ciertos sectores. Y es que la palabra 'feminismo' genera rechazo nada menos que al 42 % de las mujeres y al 62 % de los hombres. Asimismo, cuatro de cada diez hombres no perciben que actualmente haya desigualdades de género frente al 19 % de las mujeres.

Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden del estudio 'Las mujeres y los hombres, hoy ¿Igualdad o desigualdad?' financiada, dirigida y realizada por la divulgadora Laura Sagnier con la colaboración pro-bono de un equipo de consultores y analistas de PRM Market Intelligence.

Las conclusiones de la investigación se han obtenido a partir de entrevistas a 1.000 hombres y 1.000 mujeres entre 18 a 64 años que residen en España. La muestra ha sido diseñada considerando el ámbito geográfico, la edad y el nivel de estudios más alto completado.

A tenor de los datos, los autores de este estudio concluyen que si se quiere acelerar el ritmo al que se van reconociendo las desigualdades «parece que tiene sentido dejar de lado el concepto de 'feminismo' y centrar el foco en trabajar para resolver las desigualdades entre mujeres y hombres».

Según el trabajo, en el acceso a la educación hay igualdad entre ambos géneros, y el 41 % de las mujeres y el 35 % tienen educación superior o posuniversitaria. En cuanto a orientación sexual, entre las nuevas generaciones (de 18 a 40 frente a 41 a 65) ha aumentado el número de personas que se declaran no heterosexuales (entre los hombres se ha multiplicado por 1,9 y entre las mujeres por 3,2).

El único matiz es que entre las mujeres jóvenes hay más bisexualidad y entre los hombres jóvenes más homosexualidad. Entre las mujeres de 18 a 40 años, se declaran homosexuales el 4 %, bisexuales el 11 % y asexuales u otra el 4 %. Entre los hombres que tienen de 18 a 40 años, se declaran homosexuales el 8 %, bisexuales el 7 % y asexuales u otra el 2 %. El nivel de felicidad con el conjunto de la vida es similar entre mujeres y hombres.

Se sienten infelices el 41 % de las mujeres y el 38 % de los hombres y respecto al mercado laboral, el trabajo ideal que imaginan es prácticamente igual para las mujeres y los hombres.

Para ambos, el trabajo ideal tiene que permitir, en primer lugar, «conciliar bien el trabajo con la vida personal» (tiene una importancia media de 29 % entre las mujeres y 27 % entre los hombres) y, en segundo lugar, tiene que ofrecer un «buen sueldo» (tiene una importancia media de 22 % en ambos casos).

Ámbitos de desigualdad

Al contrario, existen desigualdad en ámbitos como el nivel de seguridad percibido en su barrio, ya que tres de cada 10 mujeres dice que no se siente segura después de oscurecer, frente al 10 % de los hombres. Asimismo, hay diferencias entre la presión que sienten en la vida unos y otras.

Así, las mujeres jóvenes se sienten más presionadas que los hombres jóvenes en aspectos como «tener éxito en los estudios», «no defraudar a su madre/padres/familia» y «ser físicamente atractivas». Asimismo, el 57 % de las mujeres se sienten más realizadas con la maternidad, seis puntos más que los hombres.

En cuanto a la carga familiar que soportan, en las parejas heterosexuales que conviven, hay un desequilibrio en la carga que soportan ellas y ellos con respecto a la realización de las tareas de la casa y al cuidado y educación de los hijos o hijas, si los tienen.

Este desequilibrio se agrava si se considera el papel activo de la mayoría de las mujeres en la economía familiar. Y hay una gran disparidad en la forma como los hombres y las mujeres que conviven perciben su contribución a las tareas familiares, sobre todo cuando se trata de la crianza de los hijos e hijas. Ellas creen que están realizando, de media, el 69 % de las tareas de la casa y el 69 % del cuidado y educación de los hijos.

Por su parte, ellos creen que ellas hacen menos: en media, el 54 % de las tareas de la casa (15 puntos porcentuales menos que ellas) y el 48 % del cuidado y educación de los hijos/as (21 puntos porcentuales menos que ellas).

Respecto a la predisposición a vivir situaciones de fragilidad, las mujeres son mucho más vulnerables que los hombres en las tres situaciones de fragilidad consideradas: ideación o intento de suicidio (21% en las mujeres y 16% en los hombres), trastornos de la conducta alimentaria (13% en las mujeres y 6% en los hombres), y autolesiones (8% en las mujeres y 5% en los hombres).

En cuanto a situaciones de intimidación, agresión y violencia a las que se enfrentan, con la única excepción de las «agresiones físicas», las mujeres están mucho más expuestas que los hombres a sufrir intimidación, agresión y violencia. La brecha en el nivel de exposición de mujeres y hombres es máxima cuando se trata de violencia sexual.

El 29 % de las mujeres han sufrido algún episodio, alguna vez en su vida, en la calle o en algún lugar público; el 11% la han sufrido en contexto escolar; el 8% en contexto laboral y el 7% han sufrido relaciones sexuales no deseadas en contexto de intimidad (de alguna pareja, algún miembro de su familia o persona próxima). Frente a los hombres que los han sufrido que respectivamente son: el 9 %, el 6 %, el 3 % y el 1 %.

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