Macarena López Roberts con parte del equipo
'El botón rojo', el primer servicio mundial español para luchar contra el ciberacoso
Macarena López Roberts explica a El Debate por qué decidió trabajar con RepScan después del crimen de los marqueses de Urquijo
En los años 80 sucedió en España un asesinato que quedó sin resolver, el crimen de los marqueses de Urquijo. A la hora de buscar culpable, varias personas de la alta sociedad estuvieron involucrados. Este fue el caso del padre de Macarena López Roberts, socia de la plataforma RepScan.
–Macarena, ¿qué pasó con tu padre y por qué descubriste RepScan?
–Tras los crímenes, mi padre estuvo durante diez años sometido a los vaivenes de un juicio legal, social y mediático. Él fue a prisión, cumplió una condena y nunca más pudo recuperar su vida y sus negocios. Los culpables no pagaron por sus crímenes.
40 años después, la sombra del caso seguía planeando sobre nosotros. Ahí fue cuando me animé a escribir una carta a Google para ejercer mi derecho al olvido y al honor en internet. La respuesta fue negativa porque consideraban que seguía siendo un caso de interés y de actualidad.
Tras esa respuesta decidí escribir un libro para contarle al mundo lo que vivimos y animar a las personas a ejercer sus derechos y a cuidar la reputación.
–¿Cuál es vuestra misión en RepScan?
–Nosotros lo que hacemos es ayudar a los indefensos en la red a evitar o controlar la difamación, la vulneración de la privacidad, las fotos o videos que hay de menores, el acoso sexual y también proteger a las productoras de contenidos, las empresas que tienen productos y están sometidas a unas falsificaciones constantes de los mismos.
Retomando el tema del caso de mi padre, cuando decido escribir el libro, ante la negativa de Google de eliminar ciertos contenidos dañinos contacto con RepScan y gracias a su ayuda y a su tecnología, consigo recuperar el lugar que le corresponde a mi familia y el derecho a ser tratados con respeto. El libro se titula Honor y es la razón por la cual soy socia de esta empresa tecnológica.
–¿En qué consiste RepScan?
–Es una empresa tecnológica española que está especializada en el análisis, la detección y la eliminación rápida de la reputación negativa en el ámbito digital. A través de nuestra plataforma se monitoriza y alerta sobre los contenidos en tiempo real, por ejemplo, noticias falsas, fotografías, vídeos, información privada y reseñas negativas. Lo que hacemos es mantener en todo momento la plena confidencialidad con el cliente sobre el servicio.
–Macarena, trabajáis con lo que llamáis botón rojo, ¿qué es realmente?
–Es el primer servicio mundial para luchar contra el ciberbullying. Está concebido para ayudar a las víctimas de este tipo de acoso y de violencia digital en particulares, escuelas, entidades deportivas o colectivos. Lo que queremos es ofrecerla a padres y menores como solución de una respuesta rápida a lo que ocurre en la red.
Con esta herramienta identificamos y eliminamos de manera inmediata los contenidos negativos, ofensivos o vejatorios en internet. Y es un servicio que alerta, porque claro, imagínate, las imágenes o vídeos se vuelven virales y causan un daño espantoso a las víctimas, con lo cual la detección rápida de esto ayuda a minimizar los daños.
Luego lo que hacemos es monitorizar y hacer un seguimiento para que no se vuelvan a publicar los elementos que ya hayan salido del entorno privado en redes sociales o páginas web.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, el ciberacoso y la violencia en internet hace que cada año 200.000 jóvenes de entre 14 y 28 años se quiten la vida. Realmente es algo que a nosotros nos llama muchísimo la atención. Por ello, nosotros estamos interesados en poder dar una solución inmediata y minimizar así el daño para conseguir que los niños tengan confianza y puedan alertar sobre lo que estén sufriendo.
–¿En qué países estáis ahora mismo disponibles?
–Estamos trabajando en 38 países, pero estamos disponibles a todo el mundo. Nosotros atendemos cualquier petición desde cualquier lugar. Además, lo que hacemos es trabajar en entornos concretos. Es decir, si tú tienes un ámbito de actuación donde necesitas solucionar un tema, por ejemplo en Estados Unidos, se hace en el país, con el idioma del país. En este sentido, si se ha publicado la foto en Facebook que tiene un ámbito americano, español o colombiano, pues se ataca en el ámbito donde se ha detectado que esa noticia está haciendo más daño.
–¿Cómo se puede obtener la herramienta?
–El botón rojo es un botón para hacerlo fácil que conecta con nuestra plataforma. Es una plataforma SAS, que significa software as a service. En el momento en que se detecta, lo que se hace es un acuerdo comercial. Está a tu disposición la contratación de esta plataforma para que, en el momento en que tú detectas como padre, como profesor o como entrenador que esto está pasando, aprietas el botón, nos conectamos tecnológicamente y nosotros recibimos en España la información.
En ese momento se analiza y se ataca esa estrategia, ese vídeo o esa agresión fotográfica para que el daño se minimice.
–¿Qué tecnologías empleáis?
–La tecnología de botón rojo lo que utiliza son algoritmos y herramientas avanzadas para poder identificar y analizar estos contenidos de los que hemos hablado. Esas herramientas lo que hacen es garantizar la efectividad de la eliminación de esos contenidos. Nosotros además lo hacemos respetando las leyes, la regulación de privacidad y de propiedad intelectual de cada país.
–Macarena, esta técnica elimina contenido, pero ¿también es capaz de dar con la persona que difunde el video o foto?
–La persona que lo ha empezado a difundir deja su propio rastro en internet. Nosotros vamos directamente al contenido y luego es un tema de la familia, de la organización o de la institución si consideran que deben emprender acciones legales contra esa persona en concreto.
Pero nuestro trabajo es detectar y eliminar el contenido. Parte de nuestro equipo está formado por ingenieros y por personas que tienen un amplio recorrido en tecnología y en propiedad intelectual, pero evidentemente también tenemos un equipo legal.
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