España ocupa la tercera posición, dentro de los países de la Unión Europea (UE) en el consumo de antidepresivos. Su ingesta, según los últimos datos, ha crecido un 18 % entre 2019 y 2022, coincidiendo con la crisis de la covid, señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En 2022, se consumieron en España 98,4 dosis diarias de antidepresivos por cada 1.000 habitantes, una cifra que sólo se superó en Portugal (150,5) y en Suecia (114,5), explica la OCDE en un análisis comparativo de la situación sanitaria en la UE y otros países del Espacio Económico Europeo.
La media en la UE fue de 70,3 dosis diarias por 1.000 habitantes, y eso supuso un incremento del 18 % desde 2019, el último año antes de la irrupción del coronavirus.
Un responsable del estudio puntualizó a Efe que un mayor consumo de antidepresivo no significa necesariamente una mayor prevalencia de problemas de salud mental.
En 2019 (el último año para el que hay datos comparables), un 6 % de la población en España decía sufrir depresión, frente a una media del 7 % en el conjunto de la UE.
De acuerdo con el Instituto para la Cuantificación y la Evaluación de la Salud (IHME), un 18 % de los españoles sufrían trastornos mentales, un porcentaje muy similar al constatado en el conjunto de la Unión, que rondaba el 16-17 %.
El conjunto de los costes directos e indirectos de las enfermedades mentales (que incluyen los sanitarios, pero también otros como los laborales con la pérdida de productividad) fueron evaluados en 2015 en el equivalente del 4,2 % del producto interior bruto (PIB) en España y el 4,1 % en la UE.
En 2021 y 2022, un 18 % de las personas en España consideraban que tenían necesidades médicas no atendidas, el mismo porcentaje que en el conjunto de la UE. De todas ellas, un 20 % eran para salud mental en España, y un 22 % en el conjunto de la Unión.
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