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17 de junio de 2024

Grupo de jóvenes de Braval

Grupo de jóvenes de BravalCedida

Braval, el proyecto que lucha por la incorporación de inmigrantes a la sociedad: «Somos una familia»

Ahora hay 250 participantes en las actividades, cero absentismo y abandono escolar y un 90 % de éxito escolar en la ESO

En 2002, coincidiendo con el centenario de San Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei, se consolidó Braval (juego de palabras entre Barcelona y el Raval), un proyecto que propone mediante el voluntariado promover la cohesión social, luchar contra la marginación, prevenir la exclusión social de los jóvenes y facilitar la incorporación de los inmigrantes a la sociedad.

Josep Masabeu Tierno, presidente de Braval, explica que en 1998, año en el que se comenzó a pensar en esta iniciativa, explotó la inmigración en El Raval. En ese momento, pasaron de ser «un barrio de gente mayor española» a ver cómo poco a poco se iban desbordando los colegios. En ese momento comenzó a surgir el rechazo.

«Fuimos a Estados Unidos a ver programas similares y nos dijeron que había que mezclarlos». ¿El objetivo? Hacer que los inmigrantes hiciesen las cosas de los niños de Barcelona y no hacer «solo las suyas», apunta el presidente. Gracias a esta visita comenzaron a comprender que lo que el barrio necesitaba era inclusión y amor por ayudar a los demás. En ese momento se pusieron manos a la obra. Ahora, celebran su 25 aniversario.

Mediante las actividades de Braval, que pivotan sobre el deporte colectivo –tiene 12 equipos, seis de fútbol y seis de baloncesto–, los jóvenes se van entendiendo, se comprenden y respetan cada día un poco más. Esta convivencia fundamenta la tolerancia y cohesión social del futuro. «No somos un equipo, somos una familia». Así lo explica Marc Andrei Gaba, un filipino de 23 años que vino a España hace 15 y es ahora voluntario en el proyecto solidario.

La importancia de educar bien

La educación es la herramienta fundamental para vencer la pobreza, la marginación y la exclusión social. Por ello, desde la ONG apuestan por que todos los chicos que acuden a las actividades saquen buenas notas, se labren un buen futuro y tengan oportunidad de prosperar en la sociedad. El caso de Marc es el mejor ejemplo. Él nunca suspendía, pero cuando llegó a tercero de la ESO comenzó a costarle estudiar. «Braval me ayudó», afirma. De hecho, «mi entrenador me decía que, si no aprobaba, no jugaba. Terminé aprobando», recuerda.

Asimismo, Masabeu destaca que se trata de crear «oportunidades para jóvenes y familias», y Braval ofrece «posibilidades tangibles de mejora, con esfuerzo y ayuda mutua». En este sentido, ahora hay 250 participantes en las actividades, cero absentismo y abandono escolar y un 90 % de éxito escolar en la ESO.

Marc Andrei Gaba y Josep Masabeu

Marc Andrei Gaba y Josep MasabeuCedida

Hasta ahora han pasado 1.600 participantes de 30 países, que hablan 10 lenguas y profesan nueve religiones. Así, el presidente recalca que respetan «todas las creencias» y trabajan «la cristiana».

Al hilo, 580 trabajan con contrato, habiendo resuelto todos los trámites legales y administrativos, 220 han hecho bachillerato; 310, ciclos formativos; y 27 han terminado los estudios universitarios. «El otro día vino un chico que había estado y me dijo que y había pilotado su primer avión». «No sé si me subiría», bromea el presidente. Además, este año tienen 10 estudiantes en la universidad. Uno de ellos es Andrei, que estudia ADE en la Universidad de Barcelona. «Son ciudadanos comprometidos en el desarrollo de nuestro país», asegura.

El gran papel de los voluntarios

En Braval funcionan exclusivamente con voluntariado. En un año colaboran 160 voluntarios de diversos perfiles (estudiantes universitarios y de formación profesional, profesionales y jubilados) que dedican 15.000 horas anualmente a ayudar a los demás.

Desde el principio han podido contar con 1.010 personas voluntarias. Del mismo modo, también tienen voluntarios procedentes de los jóvenes que habían participado en los programas. «Ellos mismos se han vuelto solidarios», explica. Además, continúa, «cuando cumplen 18 años son ellos los que quieren venir con los chicos».

Con las 129 Conversaciones sobre Inmigración celebradas desde el 2005 hasta ahora, han conseguido aglutinar a 660 personas expertas de diversos ámbitos y procedencias en la búsqueda de pautas de funcionamiento para resolver con eficacia las dificultades de los procesos de inmigración. «No es magia, es solidaridad», enfatiza Masabeu. De hecho, subraya, «el barrio ha cambiado para bien».

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