El Madrid festivo durante el gran apagón: «No había otra cosa que hacer, así que hemos salido de botellón»

A las 12:35 de la mañana de la jornada de ayer, la vida de todos los españoles quedó paralizada por lo que ya ha sido denominado como 'el gran apagón'. Durante más de 10 horas, muchas zonas de Madrid, una de las últimas regiones donde volvió la electricidad, se encontraron completamente incomunicadas, ya que el Metro no estaba operativo y los teléfonos móviles no funcionaban.

Los jóvenes, lejos de permanecer en casa a esperar a que volviera la electricidad, salieron a la calle y montaron botellones por varias zonas de la ciudad. El barrio de Chamberí, en concreto por la gran afluencia de universitarios que acoge entre sus fronteras, fue el protagonista de numerosas imágenes en las que el jolgorio y la fiesta fueron los protagonistas de la jornada.

«No había otra cosa que hacer, así que hemos salido a la calle de botellón. Yo he pasado por un bar, me he encontrado a mis amigos, me he quedado tomando una cerveza con ellos y ha hemos cogido, cartas, vino, cerveza, todo lo que teníamos por casa y nos hemos juntado en la calle con otros chicos que estaban por aquí», comenta María, joven de 21 años a El Debate.

Esta joven y sus amigos formaban un numeroso grupo de más de 20 personas, al que le seguían otros tantos también numerosos en la calle Donoso Cortés. Estos portaban varios litros de cerveza, que almacenaban en un cubo de plástico lleno de hielos. A su vez, un chico con una guitarra amenizaba la jornada. «Aquí se han reunido nuestros amigos con pipas, cerveza, y no hay ningún problema. Ha llegado gente a la que no conocíamos mucho y está siendo muy divertido», relata otra joven a este medio.

«Yo venía a por un chino a por hielo y nos hemos encontrado con una amiga, que justo vive aquí al lado y nada, hemos abierto el coche, hemos puesto la radio y hemos comprado cerveza para todos. Poco a poco ha empezado a llegar más gente hasta que hemos llenado la calle», asegura Rodrigo, otro joven toledano de 23 años que reside en la capital.

«Se ha empezado a unir muchísima gente. Hasta dos ancianas de unos 80 años, Pilar y Mercedes, se han sentado con nosotros a beber. Hemos acabado siendo más de 40 personas. Una locura. Hemos sacado hasta sillas de casa porque llevamos muchas horas», añade.

En los alrededores del metro de Canal, un chico con una radio copaba la atención de todos. «Hemos cogido bebida para amenizar, pero estamos aquí por saber un poco qué está pasando. Solo hay esta radio en toda la calle», explica uno de los amigos del joven que portaba la radio a pilas. «Han llegado cuatro coches de Policía y todo el mundo se le ha echado encima. Les decían: 'Que nos dejéis la radio'. La Policía, al final, después de ver a toda la calle quejándose ha dicho que siguieran con la radio pero que no era un día de alboroto», relata.