Preocupación por el consumo de nicotina entre los más jóvenes: «Hay padres que regalan vapeadores a sus hijos»

La irrupción de las nuevas formas de consumir nicotina han modificado el panorama en cuestión de pocos años. Mientras que el tabaco de combustión ha ido perdiendo protagonismo, otras vías como los vapeadores, el tabaco calentado o las bolsas de nicotina han ido ganando peso entre la población.

Una situación que preocupa, sobre todo, por la introducción de estas prácticas entre los más jóvenes. El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicará la próxima semana los datos actualizados de consumo de nicotina, pero en los últimos ya se mostraba que el consumo de nicotina entre los jóvenes es significativo, especialmente en cigarrillos electrónicos.

Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el uso de cigarrillos electrónicos en jóvenes se ha triplicado en la última década, y casi 1 de cada 5 adolescentes vapea a diario. En España, a los 15 años, 3 de cada 10 ya han probado el vapeo, mientras que un 15 % ha fumado tabaco convencional.

Karen Ramírez, médico y jefa de programas de prevención del cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) subraya a El Debate la necesidad de controlar la entrada de productos de nicotina entre los jóvenes y, más en concreto, entre los menores de edad. Ramírez destaca que el 91 % de los jóvenes han sido expuestos a 'humo digital', es decir, se han dejado seducir por anuncios que captan su atención y les incitan a consumir vapeadores, tabaco calentado o bolsas de nicotina.

En concreto, desde la AECC denuncian que las empresas tabacaleras están haciendo promoción de sus productos a través de las redes sociales, bien mediante influencers o con anuncios en las plataformas más utilizadas. Asimismo, también entran en la vida de los más jóvenes por medio del patrocinio de festivales o eventos deportivos o con la realización de sorteos que pueden captar su atención.

Esto supone «una puerta de entrada al consumo y a la adicción», según Ramírez, además de perpetuar el de quienes fuman tabaco convencional, que además se pueden convertir en consumidores duales. Los vapeadores, alerta la experta, tienen sales de nicotina, que el cuerpo absorbe más rápido y, por tanto, la adicción se refuerza.

Además, el uso habitual de vapeadores puede tener un fuerte impacto emocional. Lejos de ser un alivio para el estrés, la nicotina genera una falsa sensación de control emocional, y favorece la aparición de ansiedad, irritabilidad y dependencia. «El cerebro adolescente, aún en desarrollo, es más susceptible a los efectos de la nicotina. El uso continuado puede modificar el sistema de recompensa cerebral, reforzando el hábito y llevando a una adicción más rápida», explican desde la Clínica López Ibor.

Cambio en la legislación

Desde la AECC se muestran conformes con la nueva ley antitabaco que está impulsando Mónica García desde el Ministerio de Sanidad porque consideran que sus efectos serán positivos a nivel de salud pública. Destacan que medidas como el empaquetado genérico, el incremento en los precios del tabaco y la prohibición de fumar en espacios públicos contribuirán a que la población se vaya alejando de este hábito.

No obstante, hacen hincapié en que es necesario controlar la publicidad de los nuevos productos con nicotina en todos los ámbitos y piden al Gobierno que, de forma urgente, se informe a los padres sobre el peligro de estos productos. Karen Ramírez resalta que se están vendiendo a menores sin control y que, además, entre los progenitores existe un desconocimiento sobre sus efectos. «Conozco casos de padres que le han regalado un váper a sus hijos con motivo de su Primera Comunión», explica la médico a este periódico.

Desde la Clínica López Ibor apuntan que existen múltiples tratamientos eficaces para dejar de vapear, que van desde terapias sustitutivas de nicotina hasta intervenciones psicológicas especializadas. Los expertos insisten en que abandonar esta práctica es posible, especialmente si se cuenta con apoyo profesional y familiar, siendo clave una intervención temprana para evitar el desarrollo de una adicción crónica. La clínica recomienda, asimismo, mantener conversaciones abiertas y sin juicio con los hijos, fomentar una educación preventiva sobre los riesgos reales de estos dispositivos, promover estilos de vida saludables y ofrecer apoyo emocional frente a la presión del entorno.