Varias señoras mayores tomando el fresco
La Policía avisa de que la costumbre de 'tomar el fresco' puede tener los días contados
En España, no existe una normativa estatal que impida expresamente colocar sillas en la vía pública, ya que esta competencia recae, en su mayoría, sobre los ayuntamientos a través de sus ordenanzas municipales
Cuando llega el verano y el calor, es común que, sobre todo en los pueblos, los vecinos saquen sillas a la calle en las horas menos calurosas del día para charlar, en una costumbre que es conocida en todo el territorio nacional como 'tomar el fresco'. A pesar de ser algo común y de estar extendido por la mayor parte de los pueblos de España, la Policía ha avisado de que esta práctica puede ser ilegal.
«Sabemos que sacar sillas o mesas a la puerta es tradición en muchos pueblos, pero la vía pública está regulada. Si la Policía pide retirarlas, hazlo por respeto y convivencia. Con civismo y sentido común no hay molestias. ¡Gracias por colaborar!», escribió la Policía Local de Santa Fe a través de un mensaje de X (antes Twitter).
Este tuit, que acumula millones de visualizaciones, ha recibido numerosas respuestas, muchas de ellas mostrando enfado: «Con los okupas no sois tan osados», recrimina un usuario de la citada red social. Otros prefieren tomarlo con humor: «Compañeros, si necesitáis refuerzos para tan peligrosa misión contad conmigo, tenemos que acabar con este grave problema para la ciudadanía; basta de impunidad con las abuelitas que toman el fresco al caer la tarde, todo el peso de la ley debe caer sobre ellas».
Otros, por su parte, como es el caso de una conocida marca de cerveza andaluza, dan su apoyo a quienes salen a tomar el fresco: «Me van a disculpar, señores agentes, si cuando lleguen me encuentran allí con ellas».
En España, no existe una normativa estatal que impida expresamente colocar sillas en la vía pública, ya que esta competencia recae, en su mayoría, sobre los ayuntamientos a través de sus ordenanzas municipales. Mientras que en las grandes urbes estas regulaciones suelen ser más rigurosas e incluso contemplan sanciones, en zonas rurales o localidades pequeñas esta práctica es habitualmente tolerada. Sin embargo, la Policía Local puede intervenir y exigir su retirada si considera que representan un riesgo para la seguridad o dificultan el paso.