España y una decisión que podría acelerar su futuro libre de humo en cuatro décadas
Las matemáticas no engañan: elegir innovación sobre inercia podría salvar cientos de miles de españoles a través de múltiples generaciones
España enfrenta una decisión trascendental que definirá la salud pública para las próximas generaciones. Con el tabaquismo cobrando más de 50,000 vidas españolas anualmente –convirtiéndose en la principal causa de muerte prevenible del país– la pregunta sobre si España alcanzará el estatus libre de humo en décadas o en el próximo siglo nunca ha sido más urgente. Nuevos datos revelan que esta elección está principalmente en manos españolas, con una cronología que varía en más de cuatro décadas dependiendo del camino elegido.
El análisis de la plataforma Path to Smoke-Free revela tres futuros dramáticamente diferentes para España. Bajo las políticas existentes –dependiendo principalmente de medidas tradicionales como impuestos, restricciones y campañas de educación– España no alcanzará el estatus libre de humo hasta 2100.
Pero España no tiene que resignarse a este ritmo cansino. Si adoptase las mejores prácticas de naciones líderes como Reino Unido, Nueva Zelanda y Japón, la cronología se acorta a 2067. Más dramáticamente aún, siguiendo el enfoque basado en evidencia de Suecia, España podría estar libre de humo para 2057, acortando su trayectoria actual en más de cuatro décadas.
La diferencia entre 2057 y 2100 representa miles de vidas españolas. Cada año de retraso cuesta aproximadamente 50.000 vidas más. Las matemáticas no engañan: elegir innovación sobre inercia podría salvar cientos de miles de españoles a través de múltiples generaciones.
Innovación sobre ideología
La transformación de Suecia ofrece evidencia convincente de que el progreso rápido es posible. Desde 2004, las tasas de tabaquismo suecas han caído en picada del 16,5 por ciento a solo el 5,3 por ciento, efectivamente logrando el estatus libre de humo muy por delante de los objetivos de la UE. Entre los residentes suecos de toda la vida, la tasa baja aún más al 4.5 por ciento.
Lo que hace el éxito de Suecia particularmente relevante para España es cómo trasciende las barreras culturales. Los migrantes de la UE que llegan a Suecia ven sus tasas de tabaquismo colapsar del 24 por ciento en sus países de origen a sólo el 7.8 por ciento después de establecerse en Suecia. Esto sugiere que el enfoque sueco funciona tanto para los suecos como para los europeos en general.
Los resultados hablan por sí mismos: Suecia ahora experimenta más del 30 por ciento menos muertes por cáncer y 36 por ciento menos muertes por cáncer de pulmón comparado con los promedios de la UE. Esta es una victoria medible de salud pública.
El secreto de Suecia no es la prohibición sino la provisión. En lugar de restringir las opciones, Suecia las expandió, asegurando que los productos innovadores de nicotina (PIN) –snus, bolsitas de nicotina, vaporizadores y productos de tabaco calentado– permanecieran accesibles, aceptables y asequibles. Este enfoque integral reconoció una verdad fundamental: la mayoría de los fumadores quieren dejar de fumar, pero necesitan mejores opciones, no menos alternativas.
La pieza perdida del rompecabezas español
Las medidas tradicionales de control del cigarrillo son útiles mas insuficientes. La mayoría de los países emplean impuestos, restricciones y campañas de concienciación, pero aún luchan con alta prevalencia de tabaquismo. Suecia añadió innovación a la mezcla, y las tasas de tabaquismo colapsaron.
España tiene medidas tradicionales robustas pero carece de la pieza final: abrazar la innovación en la entrega de nicotina como un camino para alejarse de los cigarrillos. La verdadera elección está entre la combustión mortal y las alternativas más seguras. La innovación no promueve el tabaquismo, hace que fumar sea obsoleto.
Además, cada gran avance de salud pública ha involucrado tecnología disruptiva. En lugar de temer la disrupción, España debería aprovechar la innovación para acelerar sus objetivos.
El tiempo no es dinero, son vidas
España enfrenta una decisión que resonará a través de las generaciones. Continuar con las políticas actuales, y el estatus libre de humo llega a principios del siglo XXII. Abrazar la innovación junto con las medidas tradicionales, y esa cronología potencialmente se reduce a 2057.
El costo humano del retraso es abrumador. El camino que España elija hoy determina si cientos de miles de vidas españolas se salvan a través de políticas audaces basadas en evidencia o se pierden por décadas de inacción.
La experiencia de Suecia prueba que el progreso rápido es posible cuando la evidencia guía la política en lugar de la ideología. Con más del 30 por ciento menos muertes por cáncer que los promedios de la UE, Suecia demuestra que abrazar la innovación entrega beneficios medibles de salud pública. España tiene las herramientas, la evidencia y la oportunidad. ¿Aprovechará España esta oportunidad o aceptará décadas de muertes evitables?
- Federico N. Fernández es CEO de Somos Innovación