La inesperada función de las muelas del juicio que sería clave para solucionar enfermedades como la ELA

Las muelas del juicio, también conocidas como terceros molares, son los últimos dientes en aparecer en la boca, generalmente entre los 17 y 25 años. A menudo, no hay suficiente espacio para que erupcionen completamente, lo que puede causar problemas como dolor, inflamación, e incluso infecciones.

Actualmente, el 65 % de la población tiene al menos un tercer molar impactado hasta los 20 años de edad. La razón más común por la que las personas eligen extraerse las muelas del juicio es que su boca es demasiado pequeña para que estos dientes erupcionen normalmente detrás del segundo molar en una buena posición. Ahora, varios estudios habrían aportado nuevas evidencias sobre la gran función reparadora que tendrían estos molares.

En concreto, una investigación publicada en el National Center for Biotechnology Information detalla cómo las mueles del juicio podría ser una rica fuentes de células madre. Tal como señala el estudio, el descubrimiento de células madre en la pulpa dental de los dientes primarios y permanentes podría ser una gran oportunidad para diseñar métodos de tratamiento alternativos para reparar dientes cariados o traumatizados.

«Los investigadores han descubierto que la pulpa de los dientes contiene condrocitos, osteoblastos, adipocitos y células madre mesenquimales. Todos estos tipos de células tienen un enorme potencial para el tratamiento terapéutico de: trastornos degenerativos neuronales como el alzhéimer, el párkinson y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA)», señala el comunicado.

Asimismo, estas células del tercer molar podrían ser claves de cara a la terapia para tratar enfermedades hepáticas y ofrecen oportunidades sin precedentes para el desarrollo de terapias en el tratamiento de la reparación y regeneración de tejidos. Y es que a pesar de que la extracción de las muelas del juicio es uno de los procedimientos comunes, de realizarse en un entorno adecuado se podrían congelar las células durante años hasta que fueran necesarias.

Finalmente, la dolorosa muela del juicio, que no sirve para nada, podría contener la solución para regenerar tejidos o, en el mejor casos, para solucionar las principales enfermedades neurodegenerativas.