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Bebé en la incubadora

Bebé en la incubadoraGetty Images

Marta Carmona (Más Madrid) compara un tumor con un aborto: «Hay que atenderlos»

La diputada también comparó la situación de Madrid con otras regiones, destacando avances en Ceuta y Melilla

El Gobierno y sus socios siguen utilizando el aborto como un arma política para ocultar sus escándalos. Una vez más, en una sesión de la Asamblea de Madrid celebrada el pasado viernes, el PP defendió que abortar no es «ni un problema social ni personal para los españoles», al «no aparecer entre sus principales preocupaciones». Estas declaraciones indignaron a Marta Carmona, diputada de Más Madrid, quien recordó que su partido busca incorporar esta prestación en los hospitales públicos y desarrollar un registro de objetores, en línea con «las reivindicaciones del movimiento feminista».

Durante su intervención, Carmona –que al igual que Mónica García también es médico– explicó a la bancada de Vox y del PP que un aborto es «un procedimiento farmacológico o instrumental para finalizar un embarazo». En este sentido, en tono burlón, aseveró a la diputada autonómica Raquel Barrero que los infanticidios, al igual que las molas, hay que atenderlas, ya que es «un tumor derivado del tejido placentario que tiene una carga genética distinta a la madre». Además, añadió que «cualquier tumor que tenga una carga genética distinta, cualquier mutación de cualquier cáncer, supongo que quiere que no se quite».

Asimismo, la política de Más Madrid echó la culpa a las formaciones de Feijóo y Abascal de la muerte de algunas mujeres con corioamnionitis: «Mentalidades como la de la señora Barrero y la de la inmensa mayoría de miembros del PP hacen que cuando alguna madre acude al hospital con esta infección terminen muriendo porque los objetores de conciencia se niegan a practicarles un aborto». También garantizó que esto ocurre en algunos países de la Unión Europea, como Polonia, y en partidos que siguen «la línea de su admirado Trump».

Aborto en la semana 26 de embarazo

La cultura de la muerte no cesa en España. El pasado año 106.172 mujeres decidieron frenar el crecimiento de su feto y quitarle la vida. Esto supone 3.075 más que en 2023, un 2,98 % de aumento. De este total, el 76,58 % de las intervenciones se realizaron antes de las ocho semanas de gestación. Entre la novena y la decimocuarta semana se situaron el 19,14 % de los casos; entre las semanas 15 y 22, el 4,11 %; y a partir de la semana 23, el 0,15 %.

A pesar de las cifras y de la dureza de matar a un ser humano en semanas tan avanzadas, Carmona criticó los obstáculos que poseen algunas mujeres en etapas avanzadas de gestación. Así subrayó que es «una barbaridad y una falta de humanidad enorme» que a una mujer embarazada en la semana 26, a la que se le indica un aborto en su hospital público, le digan que debe acudir a un centro privado y, una vez iniciado el procedimiento, regresar al hospital público para continuar con el proceso. «Eso sí es una falta de humanidad, y eso ocurre hoy en la sanidad pública. Fanáticos», apuntó dirigiéndose a Barrero.

Réplica de un bebé de 26 semanas

Réplica de un bebé de 26 semanasEl Debate

La diputada también comparó la situación de Madrid con otras regiones, destacando avances en Ceuta y Melilla: «Ningún gobierno nunca había conseguido que hubiera aportes en la pública en Ceuta y, gracias a este Ministerio de Sanidad, van a empezar a hacerse». Finalmente, Carmona aseguró que en la Comunidad de Madrid «hay servicios que están dispuestos a realizar abortos y no lo hacen porque ustedes les ordenan que objeten en pleno. Eso, señoría, es fanatismo y está mucho más cerca de lo que usted cree del fanatismo de la señora Barrero», concluyó.

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