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19 de mayo de 2024

Gotas de lluvia golpean las yemas tímidas de los árboles este pasado viernes en Suances (Cantabria)

Gotas de lluvia golpean las yemas tímidas de los árboles este pasado viernes en Suances (Cantabria)EFE

¿Se acabará la sequía gracias a las lluvias de las próximas semanas?

Las precipitaciones que caerán en buena parte del país podrían llegar a ser especialmente intensas

La ansiada lluvia hará su aparición esta semana en varios puntos de España. Tras más de 130 días sin precipitaciones relevantes en muchas zonas, la presencia de aire frío en las capas altas de la atmósfera hará que predomine la inestabilidad durante las próximas jornadas.
Las tormentas y el granizo ya han sido las protagonistas estos últimos días, provocando incluso problemas de inundaciones en algunas zonas y terminando por acabar con algunos cultivos que ya estaban en las últimas como consecuencia del período de sequía.
Una situación que continuará, especialmente a partir del próximo jueves, cuando los chubascos hagan su aparición, sobre todo en los tercios este y sur de la Península y en Baleares.
A pesar de que los meteorólogos advertían que, probablemente, no se producirían precipitaciones relevantes hasta después del verano, la tendencia parece haber cambiado, con unas temperaturas y climatología que parecen más propias del inicio de la primavera. La gran pregunta es: ¿Servirán estas lluvias para terminar con la sequía?
Los agricultores, que en muchos casos ya han perdido buena parte de sus cosechas, son los más interesados en saber si este período de escasez de agua llegará ya a su fin. Y lo cierto es que, aunque las imágenes de calles inundadas lleven a engaño, la sequía no terminará tras estos episodios de lluvias.
Tal y como explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), esto no terminará con la sequía, pero al menos «no se seguirá incrementando este déficit de agua». No se trata, según comenta, de lluvias generalizadas, sino de «chubascos de carácter local, aunque alguno podría ser intenso», motivo por el cual no se puede 'salvar' la situación.
Lo mismo apuntan desde Meteored, donde recuerdan que un mes de superávit pluviométrico «no soluciona el déficit que en varias regiones arrastran desde hace meses o años». Aclaran, por tanto, que por mucho que llueva este mes la sequía «nos seguirá acompañando, salvo en algún caso muy excepcional».
La falta de precipitaciones que arrastran algunas cuencas son complicadas de solucionar. Según explican desde el medio especializado en meteorología, para evitar la sequía deberíamos haber tenido unos cuantos temporales atlánticos «potentes y consecutivos, pero la realidad es que no llegaron ni en marzo ni en abril».
En lo que sí coinciden todos los expertos es que unas semanas de lluvias, aunque no sean persistentes, son beneficiosas para no seguir agudizando la escasez de agua, en especial a las puertas de un verano que previsiblemente será seco.

Impacto negativo en el suelo

Aunque algunos agricultores, como los arroceros, miran con esperanza a estas precipitaciones para salvar sus cosechas, otros como los olivareros temen que los aguaceros les estropeen la suya. Las lluvias fuertes pueden hacer que el agua se lleve todos los sedimentos del suelo y dejar las raíces al descubierto, además de que los árboles reciben el agua y el viento en plena floración.
De igual manera, los suelos están tan secos que no son capaces de absorber el agua, por lo que se generan escorrentías superficiales que agravan esa erosión.

El descenso en los embalses continúa

A pesar de las lluvias de la última semana, no se ha logrado frenar el descenso de la reserva hídrica en España, que ha perdido 384 hectómetros cúbicos, según ha informado el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), que señala que los embalses están al 48,2 % de su capacidad total, tras perder el 0,7 %, y guardan 27.033 hectómetros cúbicos.
En estos momentos, los embalses guardan casi un 30 % menos agua que la media de los últimos diez años (29,85 %) y un 4,48 % menos que justo hace un año.
Del total de la reserva hídrica, los embalses de uso consuntivo –para consumo y regadío– están aún más bajos, al 40,65 %; mientras que los de producción hidroeléctrica se encuentran al 67,21 %. Cabe destacar que los primeros cuentan con una capacidad total de 38.663 hectómetros cúbicos, mientras que los segundos pueden almacenar hasta 17.403 hectómetros cúbicos.
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