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02 de mayo de 2024

Vista aérea de la cuenca del Sebou en 2023

Vista aérea de la cuenca del Sebou en 2023Creative Commons

Marruecos apuesta por las «autopistas del agua» en su intento por afrontar la sequía

La escasez hídrica empuja al país vecino a llevar a cabo medidas adicionales, como la construcción de presas y desalinizadoras

Al igual que España, aunque en mayor medida, Marruecos sufre de estrés hídrico debido a la escasez de lluvias en la región. Hace unas semanas contábamos que el país vecino había incrementado la siembra de nubes, un tipo de manipulación del clima por el cual las nubes son bombardeadas con sustancias en el aire –normalmente yoduro de plata o hielo seco– que sirven como núcleos de condensación de nubes y que alteran los procesos dentro de la microfísica de las mismas.
Pero no es la única medida llevada a cabo por el reino de Mohamed VI. Desde hace unos meses han puesto en práctica la conocida como «autopista del agua» o Carretera Marroquí del Agua, un proyecto por el cual se transporta agua desde el norte del país, rico en embalses, hacia el sur, que presenta una sequía pertinaz y creciente.
Según informan varios medios marroquíes, las autoridades han anunciado ya la finalización con éxito de un primer proyecto de autopista hidráulica que une el río Sebou con la cuenca de Bouregreg. Ahora tienen previsto continuar las labores para conectar la presa de Oued El Makhazine con el puerto de El Boughaz Fadil para paliar esa escasez de agua potable que golpea duramente a la región de Tánger.
Esta obra de ingeniería consiste en una red de 500 kilómetros de tuberías superficiales y subterráneas destinadas a trasvasar 850 millones de metros cúbicos de agua al año para poder garantizar el agua potable de, entre otras zonas, la turística ciudad de Marrakech.
Los responsables de la obra, que debería haberse terminado hace tres años, creen que con esta conexión se garantizará la flexibilidad y la mejor gestión de las estructuras hidráulicas, así como abastecer a las regiones costeras y apoyar el desarrollo socioeconómico de las mismas.
Según recoge Atalayar, la idea es ir ampliando estas «autopistas» para poder intercomunicar todas las cuencas y ríos del país, así como contribuir a la protección de la población de posibles riadas que deriven en inundaciones. Con estas medidas, Marruecos adelanta al resto de países de África, que también sufren escasez de agua.

Desaladoras y nuevos sistemas de riego

Estos trasvases son solo una de las iniciativas que pretenden paliar el déficit hídrico. También se construirán y rehabilitarán plantas desalinizadoras, algunas de ellas abastecidas además con energía renovable. En lo relativo a la agricultura, se pretende introducir nuevos y modernos sistemas de riego para poder racionalizar el uso del agua, y es que este sector es uno de los que más está sufriendo esta escasez.
De igual manera, el país vecino pretende diseñar un plan hidrológico nacional que incluya el censo de todos los recursos hídricos para abastecer las diferentes zonas del reino en función de las necesidades. Todo ello forma parte de un plan global a aplicar entre 2020 y 2050 para el que se han asignado 383.000 millones de dírhams –unos 35.000 millones de euros–.
El ejecutivo, que lidera el primer ministro Aziz Akhannouch, quiere asimismo construir 179 grandes presas para 2027 y más de 20 plantas desalinizadoras para 2030. Pretende también reutilizar las aguas residuales para la agricultura y optimizar la gestión de sus recursos con la intención de plantar cara a esa escasez hídrica que tanto preocupa.
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