Conejo híbrido que destroza las cosechas

Conejo híbrido que destroza las cosechasASAJA

La fauna salvaje, con el conejo gigante como mayor verdugo, pone en jaque al campo

Los agricultores alertan de una situación crítica ante una primavera generosa en alimento para los animales

La proliferación de fauna salvaje amenaza una cosecha en la que los agrarios han depositado todas sus esperanzas después de las lluvias hayan regado de ilusión sus cultivos tras años de sequía.

Las abundantes precipitaciones del final del invierno y el comienzo de una primavera prometedora han espoleado las plantaciones; sin embargo, según denuncia la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la proliferación descontrolada de especies de fauna silvestre, especialmente el conejo, causa graves pérdidas en las explotaciones agrarias de todo el país.

«Ya no sólo se comen las cosechas: excavan sus madrigueras dentro de las parcelas, provocando el hundimiento del terreno y dificultando el paso de maquinaria agrícola», indica el responsable de Fauna Salvaje de COAG, Javier Fatás, que hace referencia a un conejo que no es el autóctono de monte, sino un híbrido que pesa más del doble y que además ha desplazado al natural de la Península Ibérica.

Se trata de una especie introducida a principios de siglo a través de los programas medioambientales para servir de alimento para el lince y el águila imperial que ya ha provocado la emergencia cinegética en varias comunidades autónomas tras causar estragos en las tierras.

La organización apunta a que hay más de 1 millón de hectáreas afectadas y pérdidas de hasta el 90 % en algunos cultivos. «Los conejos no son los únicos responsables de los daños en el campo. La cabra hispánica está generando también serios problemas, agravados por brotes de sarna, una señal clara de sobrepoblación. A esto se suman otras especies como el jabalí, ciervos, corzos y roedores (ratas y topillos)», manifiesta COAG.

En el caso del conejo, se estima que 800.000 hectáreas están actualmente afectadas por sus daños, lo que pone en evidencia la magnitud del problema. aunque los agricultores señalan también a las aves como responsables de parte de sus pérdidas: «La perdiz, por ejemplo, ataca especialmente en los primeros días tras la siembra, obligando a los a cubrir los cultivos con mantas protectoras para evitar pérdidas que pueden alcanzar hasta el 40 % de lo sembrado. Asimismo, tórtolas y palomas provocan daños notables, comprometiendo no sólo la cosecha del año, sino también la de temporadas futuras».

COAG, en una reunión mantenida con la directora general de Mercados y Producciones Agrarios del Ministerio de Agricultura, Elena Busutil, ha trasladado su gran preocupación por el estado del mantenimiento de los márgenes de las infraestructuras ferroviarias o las cunetas de las carreteras, lugar donde los invasores encuentran su hogar.

Los agricultores han propuesto al Ministerio la aplicación de siete medidas que buscan una gestión sostenible y equilibrada de la fauna silvestre. Entre ellas destaca la revisión del rol de la caza, la compensación y prevención de daños, un control poblacional rápido y eficiente y la necesidad de normativas específicas de vallado en infraestructuras que ofrecen refugio y dificultan la gestión.

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