Aguacate en un supermercado de España
El aguacate a cada lado del Estrecho: España «cumple» y Marruecos presume de «nuevo gigante del Mediterráneo»
El optimismo que llega desde África choca con la realidad que transmiten los productores españoles, aquejados por la entrada masiva de fruta procedente de terceros países
La campaña del aguacate se da por finalizada en los dos países directamente separados por el Estrecho de Gibraltar, España y Marruecos, grandes proveedores de la fruta tropical para el continente europeo.
La sequía sufrida por España en los últimos años ha tambaleado su liderazgo como proveedor para Europa, lugar que ha ocupado Marruecos —de la mano de la permisividad legislativa y los bajos costes de producción— con un crecimiento meteórico.
La demanda europea ha continuado al alza en las pasadas campañas, donde las complicaciones sufridas en los campos de aguacate españoles —que concentran el 77 % de la producción continental— han obligado a los operadores a recurrir a otros mercados.
Las dificultades de España contrastan con el despegue de las producciones de Marruecos, que ha cerrado la campaña 2024/2025 con una producción de 120.000 toneladas, unas 45.000 toneladas más de las 75.000 que han dejado los árboles españoles.
El boom del aguacate en Marruecos ha servido al vecino del sur para exportar 105.000 toneladas y confirmarse como uno de los actores más relevantes del cultivo en el panorama mundial en un puñado de años. Entre 2018 y 2023, la superficie dedicada al aguacate en Marruecos creció más de un 150 %. «Marruecos se erige como el nuevo gigante del aguacate en el Mediterráneo», titulaba el diario magrebí Rue20 en una información en la que ensalzaba el hito logrado.
El optimismo que llega desde Marruecos choca con la realidad que transmiten los productores españoles, aquejados por la entrada masiva de aguacate de terceros países que, según denuncian, hunde el precio de sus frutas. Solo en enero, las importaciones de aguacate de España aumentaron un 68 % en términos generales y un 89 % con procedencia marroquí. La Asociación Española de Tropicales (AET), lejos de la euforia africana, ha indicado que la producción en España «cumple con las expectativas» y que aunque los datos continúan «lejos de los años de bonanza productiva previos a este periodo de climatología adversa», han constatado un crecimiento del 20 % respecto a la campaña pasada.
Las lluvias que han devuelto la productividad perdida a los aguacateros españoles han sido especialmente beneficiosas en las nuevas áreas en explotación de las provincias de Cádiz y Huelva, así como en las de la Comunidad Valenciana.
El aprovechamiento del agua aparece como uno de los grandes frentes de batalla de los agricultores españoles, que condenan la excesiva carga burocrática y la falta de previsión de obras hidráulicas para poder regar sus árboles y producir al ritmo marroquí. Junto a esta cuestión, la competencia desleal destaca como protagonista de las denuncias del campo español.
El primer trimestre de 2025 ha sido testigo del aumento de alertas en la frontera española por exceder el Límite Máximo de Residuos (LMR) que marca la normativa europea para los aguacates. De las cuatro de 2024 a las siete de 2025, lo que significa un incremento del 133 %, todas ellos por uso abusivo de cadmio desde Perú, principal país exportador de aguacates al mercado comunitario, seguido de Marruecos.
El efecto de estas importaciones ha condicionado notablemente la campaña del Lamb Hass en la Comunidad Valenciana, que ha recortado su recolección para evitar la coincidencia con la llegada de aguacate de Perú. La recolección temprana ha generado una concentración de fruta que, de haber tenido un mes más para arrancarse, habría dejado mejores precios en origen.