Banderas de Marruecos
La UE confía a Marruecos el control del etiquetado de los productos del Sáhara Occidental que entran en Europa
La sensación entre los agricultores españoles es que la Comisión Europea ha trabajado a sus espaldas para legitimar una trampa
La inclusión de los terrenos del Sáhara Occidental en el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y Marruecos ha requerido de una importante maniobra legal por parte de la Comisión Europea.
La institución del viejo continente ha estrujado la ley para mantener el trato intacto y cumplir con lo dictado en la sentencia del 4 de octubre de 2024 del TJUE, que declaraba ilegal que esta alianza comprendiese las frutas y verduras cosechadas en el suelo saharaui que controla mayoritariamente el reino de Mohamed VI.
La ingeniería legal de la Comisión ha finalizado con un procedimiento de urgencia que hace que la cuestión únicamente necesite el visto bueno del Consejo, por lo que no será sometida a votación en el Parlamento. Previamente, el Consejo –con la seguridad que ningún país bloquearía su acción– autorizó a la Comisión para negociar con Marruecos los detalles de su modificación del acuerdo Euromediterráneo, vigente desde el 1 marzo del 2000 y ahora teóricamente adaptado a las existencias de la justicia europea.
Según la propuesta del Consejo a la que ha tenido acceso este diario, entre las claves de la negociación destacan las apreciaciones del bloque europeo para satisfacer los intereses de Marruecos sin darle autonomía sobre el Sáhara Occidental. El Consejo entiende que el pueblo del Sáhara Occidental da su consentimiento de manera implícita para explotar naturales del territorio, ya que al ser un territorio no autónomo se puede presumir el consentimiento siempre que el acuerdo «no dé lugar a ninguna obligación para dicho pueblo y que este obtenga un beneficio específico, tangible, sustancial y verificable de la explotación de los recursos naturales del territorio, proporcional al grado de dicha explotación».
Para preservar las relaciones comerciales existentes «a fin de seguir proporcionando a los productos del Sáhara Occidental un acceso preferencial al mercado de la UE, lo que contribuye a sostener la economía local», el Consejo asegura haber establecido una base jurídica que extendiese la alianza; sin embargo, y en contra de los agricultores españoles, se confía a Marruecos el control del etiquetado de los productos del Sáhara Occidental que entrarán en Europa.
«El proyecto de acuerdo contiene disposiciones sobre el etiquetado de los productos del sector de las frutas y hortalizas originarias del Sáhara Occidental que están sujetos a controles por parte de las autoridades aduaneras marroquíes», recoge el texto. Esta cesión atenta confirma las peores sospechas del campo español, ya que deja en manos del vecino del sur la emisión de certificados de conformidad sobre el origen.
La sensación entre los agricultores españoles es que la Comisión ha trabajado a sus espaldas para legitimar una trampa que se haría realidad gracias a la presencia de importantes empresas marroquíes en el Sáhara Occidental, donde cultivan, y en Agadir (Marruecos), donde preparan la comercialización, etiquetan y distribuyen rumbo a la UE. En ese trámite desaparecería el origen saharaui de una gran cantidad de frutas y hortalizas.
«Una de las principales preocupaciones radica en el mecanismo de etiquetado propuesto, que crearía un nuevo código o designación para los productos saharauis, presentándolos efectivamente como marroquíes. Esto induciría a error a los consumidores y crearía una competencia desleal para los productores europeos. Los agricultores de la UE ya se ven muy afectados por los aranceles preferenciales concedidos a los productos marroquíes; en particular, en el caso de productos como los tomates y otras frutas y hortalizas, en virtud de este acuerdo, también se verían obligados a aceptar el acceso preferencial de productos que ni siquiera son originarios de Marruecos, sin que se haya celebrado ninguna negociación», condena en un duro comunicado el Copa-Cogeca, la organización europea que agrupa las cooperativas y entidades agrarias.