Veinte kilómetros de pesadilla en la élite del porcino: «Los ganaderos no quieren hablar»

«Somos los campeones de la Champions League del porcino mundial». La afirmación de Pere Roqué, presidente de Asaja Cataluña, se produce en el momento más delicado para el sector ganadero de mayor valor en España, con ventas al exterior de 8.783 millones de euros en 2024.

La llamada de El Debate a Roqué se enmarca en un torbellino de comunicaciones que salpican al dirigente de la organización agraria, en contacto directo con los que desde el viernes 26 de noviembre contienen la respiración para que el brote de peste porcina africana detectado en dos jabalíes hallados muertos en Sardañola del Vallés (Barcelona) no llegue a las granjas.

El pánico instaurado en la sociedad y en la ganadería española se multiplica con la proximidad a la zona cero de la PPA. Un radio de 20 kilómetros en torno a los jabalíes que «con una probabilidad alta» habrían consumido un bocadillo contaminado –según indicó la Generalitat de Cataluña– concentran buena parte de la tensión a la que se enfrentan los ganaderos, que por el momento han perdido su estatus de libres de PPA durante 1 año y solo podrán vender sus productos en España, al menos hasta el 28 de febrero.

«Los ganaderos afectados no quieren hablar, están desesperados por la situación. Hay familias sufriendo mucho. El miedo es que después de 30 años haciendo las cosas al milímetro y con una inversión impresionante para ofrecer el mejor producto y con unas condiciones de bioseguridad únicas se tire todo por tierra por la falta de responsabilidad sobre la fauna salvaje. Es evidente que la fauna salvaje descontrolada y no sometida al control cinegético puede acabar con la agricultura y la ganadería de este país», lamenta Roqué.

Los agrarios reclaman un Plan Nacional de Gestión de Fauna Salvaje que unifique las actuaciones sobre especies transmisoras de enfermedades como los jabalíes, cuya población pasó de 200.000 ejemplares en 1990 a más de 1.300.000 en 2024, es decir, un incremento del 550 %, según datos de la Fundación Artemisan, la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (Secem) y las federaciones de caza.

«Hay mucho en juego y los ganaderos han cumplido con sus obligaciones con creces. El valor del porcino se ha construido a pulso, con el esfuerzo en el campo sostenido principalmente por explotaciones familiares. El crecimiento se ha basado en el sudor: de 1.000 cerdos a 1.500, de 1.500 a 2.000 y así sucesivamente. Por eso duele tanto la crisis por las peste porcina», asevera el presidente de Asaja Cataluña, que subraya el significado de que después de una semana de la detección del brote no haya habido transmisión a los cerdos: «No hay ningún país a este nivel en calidad y bioseguridad. En los 20 kilómetros del perímetro hay 39 granjas de porcino y todas permanecen limpias».

Los productores de porcino de la provincia de Barcelona tienen cerradas, por ahora hasta el 28 de febrero, las exportaciones a los Estados miembro y a terceros países. La restricción también incluye las ventas a China, aunque un acuerdo de regionalización permite que las granjas de Lérida, Tarragona, Gerona y el resto de España mantengan abierta el canal, por lo que solo los productores de Barcelona sufren hasta ahora las consecuencias de la PPA.

Para Roqué, la regionalización con China es vital, no solo por el comercio que mantiene, sino por el mensaje que se manda al resto de clientes. «Que tu principal destino siga en funcionamiento da seguridad al resto de países. El mejor porcino del mundo es el español y lo vamos a demostrar. Otros países europeos muy potentes en porcino como Alemania han tenido que cerrar negocios por la PPA, el reto es que esto no suceda en España. El consumo interno va a ser muy importante para evitar cuellos de botella, por eso es trascendental insistir en que esta enfermedad no tiene ninguna repercusión en el consumidor», concluye el portavoz de los ganaderos, que recuerda que la peste porcina africana no ha entrado en las granjas españolas.