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Géiser Ciudad Real

Géiser Ciudad RealEFE

Descubren un nuevo géiser en Ciudad Real

Tras el estudio vieron que se trataba de una salida procedente de un pozo perforado con fines de riego

El Grupo de Investigación Geomorfología, Territorio y Paisajes en Regiones Volcánicas (Geovol) está estudiando un nuevo chorro de gas y agua relacionado con el fenómeno vulcanológico de Ciudad Real ha surgido entre Pozuelo de Calatrava y Aldea del rey en la provincia de Ciudad Real.

Según han explicado a Efe el director del grupo Geovol, que pertenece a la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Rafael Gosálvez Rey, vecinos de Granátula de Calatrava les comunicaron hace unos días la existencia de un nuevo chorro de gas y agua cuyo origen se encuentra en la apertura de un sondeo con fines agrarios en el término municipal de Valenzuela de Calatrava.

El chorro se localizó por primera vez el domingo. Tras el estudio vieron que se trataba de una salida procedente de un pozo perforado con fines de riego y que expulsaba grandes cantidades de agua con dióxido de carbono.

Esta salida de gas carbónico y agua había generado una serie de cárcavas en el terreno que dirigían el agua hacia la llanura de inundación del río Jabalón, generando un encharcamiento de casi media hectárea de superficie y unos pocos centímetros de profundidad. Según el también profesor de Geografía Física de la UCLM, el agua presentaba, en boca, una alta concentración de hierro y gas carbónico, con un sabor que recordaba a las fuentes agrias que salpican todo el centro de la provincia de Ciudad Real.

El pasado lunes acudieron al lugar para realizar un segundo estudio, al llegar vieron que el agua ya no estaba debido al comportamiento que se produce a veces en este tipo de fenómenos llamados géiser.

Gosálvez Rey ha señalado que los propietarios del terreno han aprovechado este parón para tapar el chorro, pero a pesar de ello se pudo analizar la salida de dióxido de carbono, presentando un valor máximo de 844 pulsaciones por minuto, el doble del valor normal en el aire, y de monóxido de carbono con pulsaciones de hasta 300 pulsaciones por minuto, doce veces más alta que los valores recomendados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

El análisis de imágenes del satélite Senitel 2 de la Agencia Espacial Europea (ESA) han permitido a Geovol determinar que este chorro se inició entre el 27 de julio y el 1 de agosto, que a mediados del mes de agosto dejó de funcionar y volvió a retomar su actividad entre el 21 y 26 de agosto, finalizando de nuevo su actividad el día 29.

El profesor de Geografía Física e investigador de Geovol, Rafael Becerra Ramírez, ha dicho a Efe que lo normal es que este nuevo chorro deje de funcionar en un plazo cercano de tiempo, aunque no descarta que vuelva a surgir en un futuro en función de fases de carga y descarga del acuífero local afectado por el sondeo, tal y como han podido constatar en otros chorros.

Por su parte, la profesora de Análisis Geográfico Regional y también investigadora de Geovol Estela Escobar Lahoz ha apuntado que todos los chorros conocidos son siempre fenómenos provocados por los agricultores al pinchar niveles acuíferos cargados de dióxido de carbono y otros gases, generando un fenómeno de descompresión súbita, en un proceso similar a cuando se descorcha cualquier bebida con gas previamente agitada.

De manera natural, los gases se liberan de manera tranquila a través de hervideros y fuentes agrias, pero nunca a través de estos chorros, mal llamados géiseres.

Javier Dóniz Páez, profesor de Geografía Humana de la Universidad de La Laguna y colaborador científico de Geovol, ha afirmado que estos chorros de agua y gas generan una fuerte atracción en la población, especialmente cuando se prolongan mucho en el tiempo, constituyendo fenómenos de gran interés geoturístico pero poco aprovechables como georrecurso debido a su impredicibilidad y a su temporalidad.

Sin embargo, son de gran interés los hervideros y fuentes agrias, elementos singulares que han permanecido olvidados por la población local, deteriorándose muchos de ellos hasta desaparecer, aunque celebra los esfuerzos de recuperación que se han emprendido por parte de la Asociación de Desarrollo del Campo de Calatrava o el Ayuntamiento de Piedrabuena.

La profesora jubilada de Geografía Física, Elena González Cárdenas, fundadora del grupo Geovol-UCLM, ha indicado que hasta la fecha se han analizado ocho chorros, concentrados en la cuenca sedimentaria de Almagro-Bolaños de Calatrava, aunque también han aparecido chorros en ámbitos aledaños como la cuenca sedimentaria de Moral, la de Pozuelo de Calatrava o en la fosa de El Chorrillo.

González Cárdenas ha comentado que la Confederación Hidrográfica del Guadiana debería ser prudente a la hora de conceder permisos de extracción de agua de los acuíferos del Campo de Calatrava en estas áreas.

Ha recordado que los análisis realizados para dirimir la procedencia del dióxido de carbono y otros gases como helio y radón que salen de estos chorros y de los hervideros indican que tienen su origen en el manto terrestre, suponiendo una ventana que conecta el interior de la tierra con la superficie terrestre a través de un complejo sistema de accidentes tectónicos.

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