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26 de abril de 2024

Su composición da pistas sobre los primeros pasos en la formación de planetas

Europa Press

Ciencia

Las posibilidades de descubrir vida en Marte podrían ser mayores de lo que se esperaba

Un equipo descubre que los antiguos microorganismos marcianos podrían sobrevivir cerca de la superficie mucho más tiempo del que se creía hasta ahora

Las antiguas bacterias y hongos marcianos podrían sobrevivir cerca de la superficie mucho más tiempo del que se suponía, lo que refuerza la posibilidad de que, si alguna vez hubo vida en el Planeta Rojo, sus restos biológicos puedan salir a la luz en futuras misiones.
Un equipo de investigadores ha puesto sobre la mesa esta nueva teoría tras simular las duras condiciones de radiación ionizante del planeta y comprobar que, cuando están enterrados y protegidos de la misma, los microorganismos pueden perdurar durante periodos más largos de los que se creía hasta ahora. Por esta razón, los autores avisan de que futuros astronautas y turistas espaciales podrían contaminar inadvertidamente Marte con sus propias bacterias autoestopistas.
«Nuestros organismos modelo sirven como indicadores de la contaminación directa de Marte y de la contaminación inversa de la Tierra, que deberían evitarse», afirma Michael Daly, profesor de patología de la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud (USU) y miembro del Comité de Protección Planetaria de las Academias Nacionales, que dirigió el estudio.
«Es importante que estos hallazgos tengan también implicaciones de biodefensa, porque la amenaza de agentes biológicos, como el ántrax, sigue siendo una preocupación para la defensa militar y nacional», añade.
«Llegamos a la conclusión de que la contaminación terrestre en Marte sería esencialmente permanente, durante plazos de miles de años –explica Hoffman, catedrático de química y profesor de biociencias moleculares en la Northwestern y miembro del Instituto de Química de los Procesos de la Vida y coautor principal del estudio–. Esto podría complicar los esfuerzos científicos para buscar vida marciana. Asimismo, si los microbios evolucionaron en Marte, podrían ser capaces de sobrevivir hasta la actualidad. Eso significa que devolver muestras de Marte podría contaminar la Tierra», advierte.
En el entorno de Marte las condiciones de aridez y congelación, con una media de -63 grados Celsius en latitudes medias, hacen que el Planeta Rojo parezca inhóspito para la vida y, además, está constantemente bombardeado por la intensa radiación cósmica galáctica y los protones solares.
Para explorar si la vida podría sobrevivir en estas condiciones, Daly, Hoffman y sus colaboradores determinaron primero los límites de supervivencia de la vida microbiana a la radiación ionizante. A continuación, expusieron seis tipos de bacterias y hongos terrestres a una superficie marciana simulada –que está congelada y seca– y los electrocutaron con rayos gamma o protones, para imitar la radiación del espacio.
«En la atmósfera marciana no hay agua corriente ni una cantidad significativa de agua, por lo que las células y las esporas se secarían –explica Hoffman–. También se sabe que la temperatura de la superficie de Marte es más o menos similar a la del hielo seco, por lo que, efectivamente, está profundamente congelada».
Finalmente, determinaron que algunos microorganismos terrestres podrían sobrevivir en Marte durante escalas de tiempo geológicas de cientos de millones de años. De hecho, los investigadores descubrieron que un microbio robusto, el Deinococcus radiodurans (conocido cariñosamente como 'Conan la Bacteria'), es especialmente adecuado para sobrevivir a las duras condiciones de Marte. En los experimentos sobrevivió a cantidades astronómicas de radiación en un entorno gélido y árido, superando con creces a las esporas de Bacillus, que pueden sobrevivir en la Tierra durante millones de años.

Nuevo giro

En estudios anteriores, los investigadores descubrieron que la bacteria Conan, cuando está suspendida en un líquido, puede sobrevivir a 25.000 unidades de radiación (o «grises»), el equivalente a unos 1,2 millones de años, justo debajo de la superficie de Marte. Pero el nuevo estudio descubrió que cuando la abundante bacteria se seca, se congela y se entierra profundamente, lo que sería típico de un entorno marciano, podría resistir 140.000 grays de radiación. Esta dosis es 28.000 veces superior a la que mataría a un ser humano.
Aunque la bacteria Conan solo podría sobrevivir durante unas horas en la superficie mientras está bañada por la luz ultravioleta, su vida útil mejora drásticamente cuando está a la sombra o se encuentra directamente bajo la superficie de Marte. Enterrada a solo 10 centímetros por debajo de la superficie marciana, el periodo de supervivencia aumenta a 1,5 millones de años. Y, cuando se entierra a 10 metros de profundidad, la bacteria de color calabaza podría sobrevivir la friolera de 280 millones de años.
Los investigadores descubrieron que esta asombrosa hazaña de supervivencia se debe en parte a la estructura genómica de la bacteria, así como que sus cromosomas y plásmidos están unidos entre sí, lo que los mantiene perfectamente alineados y listos para ser reparados tras una intensa radiación.
Esto significa que si un microbio, similar a la bacteria Conan, evolucionó durante una época en la que el agua fluyó por última vez en Marte, entonces sus restos vivientes podrían estar todavía latentes en el subsuelo profundo.

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