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Marcos Sánchez Élez (izq), Gonzalo Génova Fuster (centro), Celia Fernández Aller (centro) y Antonio Gaitán Torres (dcha)

Marcos Sánchez Élez (izq), Gonzalo Génova Fuster (centro), Celia Fernández Aller (centro) y Antonio Gaitán Torres (dcha)CEU

VIII Congreso Nacional de Bioética

El futuro de la humanidad, una incógnita acrecentada con la IA: «Espero que aparezcan otros trabajos que no pueda hacer»

Los expertos han destacado la necesidad de que exista una regulación acorde a esta herramienta y una educación más extendida sobre ella

La Universidad CEU San Pablo celebra este martes, continuando con la jornada de este lunes, su octava edición del Congreso Nacional de Bioética en sus Campus de Montepríncipe y Moncloa en Madrid. La cita, celebrada como conmemoración de los 30 años de la publicación de la encíclica –el próximo 25 de marzo–, ha contado con la participación de ilustres como Concepción Espejel, magistrada del Tribunal Constitucional; Teresa Gerns, Advocacy Director de la Fédération des Associations Familiales Catholiques en Europe (Fafce); el arzobispo de Burgos, Mario Iceta; y el presidente de Cáritas, Manuel Bretón, entre otros.

Este martes, tras haber abordado ámbitos fundamentales –como la familia, el cuidado de la vida o los debates que existen en torno al derecho a la vida–, la entidad se centraba en las aplicaciones y desafíos de la inteligencia artificial. Bajo el título Inteligencia Artificial: beneficios y amenazas para la vida humana, la charla ha iniciado bajo la reflexión de Javier Pérez Castells, catedrático de Química USP CEU, coordinador el Grupo de Ciencia y Fe FAHO-ACdP y presentador de la mesa, quien ha lanzado una pregunta al público sobre si la inteligencia artificial «nos destruirá de alguna manera» o si será «al revés».

La gran incógnita de la charla ha estado centrada en las distintas implicaciones éticas de esta nueva tecnología. «Cuando la iglesia se pone a hablar de la ética en la IA, yo voy con cierta prevención, es un peligro de buenismo», exponía Gonzalo Génova Fuster, del departamento de Informática UC3M y moderador de la charla. De hecho, una de las grandes discusiones versaban sobre en qué punto la IA podría «superarnos en funciones». Esto abre distintas incógnitas de cara al futuro laboral de los más jóvenes.

«El único sector productivo seria el de la IA. Espero que aparezcan otros trabajos que no puedan hacer la IA», comentaba Marcos Sánchez Élez, del departamento de Arquitectura de Computadores y Automática UC3M. De hecho, el experto iba más allá y exponía que en el futuro habrá trabajos que desaparezca con la inteligencia artificial. Por ello, ha considerado que una de las claves será controlar esta herramienta y, más importante, «formar a los estudiantes», ya que correrán el peligro de que «el propio sistema les envíe al paro».

«En realidad trabaja la IA y vosotros vais a ser los responsables de las decisiones que tamos con la IA. Tenemos que entender cómo funciona, cuál es el objetivo y dónde y cuándo preguntamos a la IA», explica.

Regulación de la inteligencia artificial

Más allá del futuro y de la incertidumbre que genera esta 'nueva' herramienta, la charla ha abordado las distintas regulaciones legales de la inteligencia artificial. En palabras de Celia Fernández Aller, doctora en Derecho y profesora en la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), los distintos escándalos que se han generado en los últimos meses por culpa de la inteligencia artificial obliga a una regulación obligatoria.

«Esa postura de que la IA no se puede regular está bastante alejada de la realidad. Si no se regulara, habría que dejar de desarrollarla. En Europa hemos aprobado un reglamento de control de la IA. la esperanza esta en la sociedad, es la que tiene que presionar para que nuestros poderes regulen. Tiene que vigilar para que la legislación se cumpla. en los próximos años van a exigir que se regulen las cosas», comentaba la doctora en Derecho.

Dicha regulación, conocida como «gobernanza de la IA», se trataría de un marco en el cuál «se desarrolla y conoce quién es el responsable y cuáles son las consecuencias».

Asimismo, la experta ha añadidoque «cualquier persona debe estar en este marco de gobernanza, los usuarios, los profesionales, todo el mundo debería estar, la ética también». Con respecto a este último aspecto, la mesa ha coincidido en que si el ciudadano no está formado y no tiene un pensamiento critico con respecto a la IA, el impacto en los derechos va a ser negativo.

En este sentido, el doctor en Filosofía Antonio Gaitán Torres ha considerado que existe el riesgo de que el «circulo moral» pueda llegar a expandirse debido a la inteligencia artificial.

«¿Vamos a tener un futuro en el que los robots sean sujetos morales? Si vemos que hay una amenaza hacia el trabajo, esa moralidad será mas difícil», exponía Gaitán Torres.

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