Vista de la llanura de Nullarbor, en Australia, y la entrada a una de las cuevas
Ciencia
Un proyecto medioambiental amenaza con destruir una de las joyas científicas de Australia
Las cuevas subterráneas de Nullarbor se han convertido en el hogar de numerosas especies invertebradas, gran parte de ellas totalmente desconocidas
La llanura de Nullarbor, ubicada en el sur de Australia, es considerada una de las zonas más estudiadas por la comunidad científica. Este vasto desierto, caracterizado por su escasa vegetación, se extiende unos 200.000 kilómetros cuadrados. Su nombre, derivado del latín nullus arbor (sin árboles), refleja su característica principal: la falta de árboles.
A pesar de esta ausencia, Nullarbor se ha caracterizado por ser uno de los lugares más llamativos para los investigadores. De entre todas sus curiosidades destacan los impresionantes acantilados que dan al océano Índico —siendo parte del sistema kárstico de piedra caliza contiguo más grande del mundo—, las anomalías magnéticas que llevan registrándose en la zona desde el siglo XX, así como la extraña fauna hallada en el conglomerado de cuevas.
Sin embargo, este basto ecosistema subterráneo de Nullarbor se encontraría ahora gravemente amenazado como consecuencia de la política medioambiental australiana.
Cueva de la Llanura de Nullarbor, ubicada en Australia
El Western Green Energy Hub (WGEH), es un proyecto de energía renovable a gran escala propuesto para Australia Occidental. La iniciativa, que tiene como objetivo transformar la zona en un centro de producción de energía renovable, busca utilizar energía solar y eólica para generar electricidad e hidrógeno verde.
Considerado el mayor proyecto de energía renovable del mundo —con una extensión que abarcaría 22.700 kilómetros cuadrados— albergaría miles de turbinas eólicas y millones de paneles solares en la zona.
Cueva de la Llanura de Nullarbor, ubicada en Australia
Interior de las cuevas de Nullarbor
Este proyecto, que podría aprobarse a finales de 2028, ha generado tanto entusiasmo como preocupación, especialmente debido a su impacto potencial en el paisaje natural de Nullarbor, incluyendo el sistema de cuevas subterráneas y las criaturas únicas que habitan en ellas.
Por este motivo, desde la comunidad científica han destacado la importancia de conservar esta espectacular joya, apartada de todo rastro de civilización. De hecho, tal como expone el WGEH, una gran parte de este conglomerado estaría situado en un área que contiene más de 400 cuevas, afectando gravemente a la fauna que existe en ellas.
«Existe una increíble complejidad tridimensional, una belleza asombrosa y un valor científico», afirmó el ecólogo subterráneo Dr. Stefan Eberhard en declaraciones recogidas por The Guardian.
Criaturas únicas en el mundo
La demanda de Eberhard se une a la de multitud de expertos, los cuáles han destacado la necesidad de salvar un ecosistema único en todo el mundo. Las cuevas subterráneas de Nullarbor se han convertido en el hogar de numerosas especies invertebradas, siendo una gran parte de ellas totalmente desconocidas hasta ahora.
Desde avispas arañas diminutas «de aspecto muy inusual» hasta nuevas especies de arañas cavernícolas grandes y sin ojos, la variedad descubierta en las cuevas de Nullarbor ha provocado un seísmo en la búsqueda de nuevas especies en los lugares más recónditos del mundo. De hecho, a día de hoy miles de cuevas continúan sin ser exploradas, por lo que es prioritaria la conservación del hábitat.
Imagen de una araña ciega que teje su tela entre las rocas
«Ha habido más gente en la Luna que en algunas de estas cámaras», destacó la Dra. Liz Reed, paleontóloga de vertebrados de la Universidad de Adelaida.
Por este motivo, el inicio de un proyecto de tal calibre podría tirar por tierra un ecosistema subterráneo nunca antes visto en la geografía de nuestro planeta. De hecho, los expertos señalan que dada la gran fragilidad de las cuevas, cualquier acción humana podría conllevar unas consecuencias en la zona.
«Si les das un martillazo, se desintegran. Va a dañar los valores de conservación de Nullarbor, pero también les va a causar problemas. No se trata solo de evitar daños a unas cuantas cuevas. Hay que proteger todo el paisaje», afirmó Eberhard.
Ante esta situación, los distintos expertos han puesto en marcha varias iniciativas con el objetivo de salvar este ecosistema. En este contexto, el proyecto medioambiental choca con un plan aprobado en 2019 que intenta salvaguardar el paisaje de Nullarbor.
A la espera de más detalles, está previsto que en los próximos meses se lleve a cabo una evaluación completa del impacto del proyecto en tres criterios: especies amenazadas, especies migratorias y el Parque Marino de la Gran Bahía Australiana.