Fundado en 1910
Vía Láctea

Vía LácteaPixabay

Ciencia

Las estrellas masivas prefieren vivir en pareja: «Quizá acaben siendo agujeros negros orbitándose mutuamente»

Los investigadores utilizaron el Very Large Telescope para monitorizar cambios en las velocidades de las estrellas masivas de la Pequeña Nube de Magallanes

Las estrellas masivas de las galaxias pobres en metales suelen tener compañeras cercanas orbitando, en lo que se conocen como sistemas binarios, al igual que las estrellas de masa similar de la Vía Láctea, que presenta un contenido mayor en metales, ha informado este martes el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).

Explica el IAC que así lo ha descubierto un equipo científico internacional en el que participa personal investigador del IAC y la Universidad de La Laguna, que en su estudio han utilizado el Very Large Telescope europeo, situado en Chile.

Los investigadores utilizaron el Very Large Telescope para monitorizar cambios en las velocidades de las estrellas masivas de la Pequeña Nube de Magallanes, y la investigación se publica en Nature Astronomy.

El IAC ha añadido que, durante los últimos veinte años, los astrónomos han confirmado que muchas estrellas masivas de la Vía Láctea suelen compartir sus vidas con compañeras cercanas con las que bailan de por vida. También se ha demostrado que la interacción entre estas parejas de estrellas desempeña un papel crucial en su evolución. Sin embargo, hasta ahora, no estaba claro si este mismo comportamiento se daba en estrellas masivas dentro de galaxias pobres en metales. La nueva investigación confirma que así es.

«Utilizamos la Pequeña Nube de Magallanes como una máquina del tiempo», indica Hugues Sana, de la KU Leuven (Bélgica) y primer autor del artículo, quien añade que la Pequeña Nube de Magallanes tiene un entorno de metalicidad representativo del de galaxias lejanas cuando el Universo tenía sólo unos pocos miles de millones de años.

«Estudiar las estrellas masivas fuera de la Vía Láctea es difícil porque las estrellas están muy lejos y recibimos poca luz de ellas», comentan Tomer Shenar y Julia Bodensteiner, que lideran de manera conjunta desde las Universidades de Amsterdam (Holanda) y Tel-Aviv (Israel) el proyecto BLOeM, del que se desprende este trabajo.

Los investigadores utilizaron el espectrógrafo multi fibra FLAMES del Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile.

Durante un periodo de tres meses, los investigadores observaron la aceleración y desaceleración de 139 estrellas masivas de tipo O en nueve momentos diferentes. Estas estrellas tienen masas entre 15 y 60 veces la del Sol; son calientes, brillan intensamente y terminan su vida en explosiones de supernova. En el proceso, el núcleo de la estrella colapsa en un agujero negro.

De los resultados se desprende que más del 70 por ciento de las estrellas observadas presentan cambios periódicos en sus velocidades compatibles con la existencia de una compañera cercana.

El hecho de que las estrellas masivas de la Pequeña Nube de Magallanes tengan una compañera sugiere que las primeras estrellas del Universo, que «sospechamos que también eran masivas, también tenían compañeras», afirma Gonzalo Holgado, investigador postdoctoral del IAC y coautor del artículo.

«Quizá algunos de esos sistemas acaben siendo dos agujeros negros orbitándose mutuamente. Es una idea apasionante», señala Michael Absul-Masih, que actualmente cuenta con una beca postdoctoral de La Caixa y que se incorporará al Departamento de Astrofísica de la Universidad de La Laguna con un contrato Ramón y Cajal.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas