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29 de abril de 2024

Fotografía tomada por Sellier del desembarco de los heridos de la guerra de Cuba en el puerto coruñés

Fotografía tomada por Sellier del desembarco de los heridos de la guerra de Cuba en el puerto coruñésColección Rubén Ventureira

Cine

El cine español cumple 125 años

José Sellier estrenó en un bazar coruñés cintas como Orzán, oleaje, Fábrica de Gas o Plaza de Mina

No se conservan sus películas. Tampoco su tumba. Pero hoy, 2 de junio, su nombre y su breve filmografía vuelven a la cartelera: porque hace 125 años se convirtió en el pionero del cine español. Se llamaba José Sellier y fue un hombre avanzado a su tiempo que tuvo además la virtud de estar en el sitio oportuno en el momento exacto.
Residía en la ciudad coruñesa, donde llevaba asentado desde 1886 tras una más breve estancia durante su infancia. Tenía un gabinete fotográfico y era un profesional muy prestigioso en Galicia en este campo. Su secreto era estar siempre a la vanguardia, atento a las innovaciones. Para ello frecuentaba las exposiciones internacionales, de donde se trajo varios premios. Entre sus proveedores figuraban dos hermanos que residían en Lyon, una ciudad francesa situada a veinte kilómetros de Givors, su villa natal. Esos hermanos se llamaban los Lumière y fueron los inventores del cinematógrafo. Desde que lo estrenaron en sesión pública en el 28 de diciembre de 1895 en el parisiense Salon indien du Grand Café, fueron muchos los que les quisieron comprar el aparato. Entre ellos, Georges Méliès, que quedó fascinado con «la última maravilla del siglo XIX» y enseguida advirtió las posibilidades artísticas y comerciales de aquel invento. Pero los hermanos se resistieron… hasta el 1 de mayo de 1897. Ese día salió a la venta para todo el mundo el cinematógrafo de los hermanos Lumière.
Escrito está que José Sellier estaba siempre a la última. En esta ocasión, también. A los pocos días ya contaba con uno de esos fantásticos aparatos que, además de reproducir imágenes en movimiento, permitían grabarlas. ¿Qué rodó? Pues lo que tenía cerca de su estudio fotográfico, situado en la muy comercial calle de San Andrés. Con la cámara a cuestas, se plantó a las puertas de la Fábrica de Gas y registró la salida de los obreros de la factoría. Avanzó unos metros, llegó a la playa del Orzán y grabó el mar en fiero movimiento. Acababa de nacer el cine español.
Oleaje en el Orzán. Fotografía de José Sellier

Oleaje en el Orzán. Fotografía de José SellierColección Rubén Ventureira

En realidad, es muy probable que Sellier estrenase sus películas unos días antes del 2 de junio. Consta que el 23 de mayo su cinematógrafo comenzó a funcionar en un local comercial llamado Bazar de la Industria situado en la principal de la ciudad coruñesa, en calle Real, 8 (en el mismo solar que después albergará durante décadas el Cine París). Curiosamente, unos operadores portugueses compitieron con él con el mismo invento en la misma vía. No sabemos qué cintas programó ese día 23, ni tampoco en las siguientes jornadas. Pero una nota que el periódico La Correspondencia Gallega publicó el jueves 3 de junio sí nos informa de que que José Sellier había presentado el día anterior en el Bazar de la Industria «varias vistas de La Coruña que han gustado mucho».
Por múltiples razones, José Luis Castro de Paz cree que esas películas que tanto agradaron fueron Fábrica de Gas, Plaza de Mina y Orzán, oleaje. Es una voz más que autorizada la que defiende esta teoría, puesto que Castro es historiador de cine, catedrático de Comunicación Audiovisual y el experto que más ha investigado sobre Sellier.
En su famosa sesión parisina del 28 de diciembre de 1895, los espectadores se quedaron asombrados cuando vieron ir un tren hacia ellos. Hubo quien se fue despavorido de la sala por puro instinto de supervivencia. Las crónicas no lo dicen, pero seguramente hubo coruñeses que asistieron a la sesión de Sellier que decidieron abandonar la sala para no morir ahogados al ver las olas del Orzán dirigirse hacia ellos en la oscuridad del Bazar de la Industria. Puro cine de terror.

Nueve películas más

El pionero realizará nueve películas más: Siesta interrumpida (1897), La última carrera de bicicletas efectuada en La Coruña (1897), Entierro del general Sánchez Bregua (1897), Llegada de un tren (1897), San Jorge, salida de misa (1897), Cantón Grande (1897), Temporal en Riazor (1898), Matadero, salida de operarios (1898) y Regreso de Cuba (1898). Esta última es especialmente dramática, pues lo que registra con su cámara es la llegada de barcos cargados de soldados heridos y enfermos procedentes de la perdida guerra de Cuba.
Lo que hace Sellier es emular a los Lumière, tanto en temáticas como en técnicas. ¿Cómo son esas cintas? «Constan de 17 metros de película, lo que equivale a menos de un minuto durante la proyección, rodaje en exterior con luz natural, plano único e inmovilidad rigurosa de la cámara, gran sensación de profundidad derivada del tipo de lentes usadas por el cinematógrafo, encuadre elegido de tal forma que los personajes ocupen aproximadamente la mitad de la altura de la pantalla cuando salen de campo», explica Castro de Paz.
Después, las películas de Sellier se verán también en Vigo, Ferrol y Santiago. Es probable que ni siquiera acuda él en persona a estas sesiones. En junio de 1901 abandonará definitivamente su labor cinematográfica para centrarse en la fotografía. Breve carrera, pues, la del que consideramos pionero del cine español.
José Sellier y su mujer, en 1915

José Sellier y su mujer, en 1915Colección Jean-Claude Seguin

Para que nadie se ofenda, Castro de Paz precisa que estamos ante «las primeras películas rodadas en España con cámara Lumière por un operador ajeno a la casa francesa». Lo de ofenderse lo apuntamos porque hay quien sostiene que como Sellier nació en Francia como «Josep» para nada podemos estar hablando del pionero del cine español. Sin embargo, los descendientes del fotógrafo y cineasta –quedan muchos en Galicia, con su tatara-sobrino Alfredo Sellier a la cabeza– lo consideran tan español como francés. En su desaparecido nicho en el cementerio de San Amaro, la lápida era muy explícita: se podía leer un inequívoco «José Sellier».
Ni el Ayuntamiento coruñés ni la Xunta de Galicia tienen previsto para hoy acto alguno de tributo a los 125 años del nacimiento del cine español. Quizá se animen, nunca se sabe, con motivo del centenario de la muerte del pionero, que será el próximo 21 de noviembre.
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