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Wes Anderson, Scarlett Johansson y Tom Hanks han presentado Asteroid City en Cannes

Wes Anderson, Scarlett Johansson y Tom Hanks han presentado Asteroid City en CannesEFE

Festival de Cannes

Wes Anderson decepciona en Cannes con su película rodada en Chinchón

Asteroid City, el nuevo filme del director de El gran hotel Budapest, no logra convencer

Un panfleto firmado por un joven maestro de 83 años, el italiano Marco Bellocchi; un cineasta norteamericano como Wes Anderson que a fuerza de repetirse logra quitar todo interés a su última obra, Asteroid City; y una directora austriaca, Jessica Hausner, que afronta al mismo tiempo temas de gran actualidad como la salvación del planeta y los problemas alimenticios de la adolescencia en Club Zero, conformaron la novena jornada del 76º Festival de Cannes.

Wes Anderson, a fuerza de repetir esquemas narrativos de su obra precedente, con grandes espacios como un gran hotel en los Alpes austríacos o una entera ciudad de provincia francesa, habitados por numerosos personajes cada uno con una historia propia, deja de convencer a sus fieles seguidores cuando el humor y el absurdo de la historia dejan de tener significación narrativa.

Esta vez, el lugar de la acción elegido por Anderson es un pueblo perdido en pleno desierto (todo construido de cabo a rabo por un tropel de carpinteros), situado al lado de un polígono militar con continuos ensayos atómicos y de un lugar donde miles de años atrás, ha caído un asteroide que ha creado una atracción turística que se llena y se vacía periódicamente. Wes Anderson rodó la película en la localidad madrileña de Chinchón en el verano de 2021.

A este lugar, la Asteroid City del siglo, llegan cinco niños superdotados, apodados los cadetes del espacio, que presentan sus invenciones científicas a militares y astronautas, familiares, una clase entera de alumnos, un grupo de actores que ensaya una obra teatral que nada tiene que ver con todo esto y hasta un extraterrestre que recupera el asteroide, se va y luego regresa para devolverlo.

Es entonces que el absurdo del filme se desprende de la disparatada acumulación de las situaciones y que el humor ha casi desaparecido de la escena, dejando como único placer para el espectador el desfile de actores famosos de la compañía estable del director, como Edward Norton, Tilda Swinton, Adrien Brody, Jason Schwartzman, más otros nuevos como Scarlett Johansson, Tom Hanks, Liev Schreiber, Matt Dillon, Willem Dafoe y Jeff Goldblum.

Bellocchio es un habitual del festival, donde una decena de sus películas fueron exhibidas en estreno mundial pero nunca recibió un premio mayor, exceptuando la Palma de Oro a la carrera en plena pandemia en 2021, al revés que en otros festivales como Berlín o Venecia, que no dejaron de encumbrarlo en el pináculo de sus premios.

Su nueva oportunidad en Cannes se la da Rapito, un filme inspirado en un hecho que ya había tentado a un cineasta del calibre de Steven Spielberg, y que ha sido escrito curiosamente por un ateo declarado como Bellocchio y una ferviente católica como Susanna Nicchiarelli, quien como directora acababa de realizar el año pasado un filme sobre Santa Clara, Chiara.

El caso en el que se basa la cinta despertó un gran eco en la prensa internacional entre los años 50 y 70 del siglo XIX cuando Italia estaba luchando por su unidad hasta que, a caballo entre los siglos XX y XXI, fue cobrando nueva notoriedad con una serie de libros publicados en Italia, Francia y Estados Unidos.

Bellocchio da a su filme un ritmo narrativo de fuerte impacto visual y también sonoro, con una música avasalladora de Fabio Massimo Capogrosso, que ya había compuesto para Bellocchio la partitura para su precedente obra, la miniserie Esterno notte, que Cannes presentó el año pasado, y que subraya el dramatismo de la acción.

Jessica Hausner, austríaca, 50 años de vida y 25 de carrera, ha presentado casi toda su obra en Cannes (menos la mejor, Lourdes, premiada en Venecia por la FIPRESCI en 2009) donde lo único que ganó fue una mención en la sección de la Cinéfondation con su ópera prima, Inter-View, un mediometraje de 45 minutos, presentado en 1999.

En un colegio de elite, una nueva profesora (Mia Wasikowska) logra atraer a sus ideas a un grupo de alumnos adolescentes, a los que instruye en la subalimentación como modo de salvar al planeta.

Escrita por la misma directora con su habitual colaboradora Géraldine Bajard, el filme es una elegante parábola acerca de los peligros de dejar que tópicos importantes como la salud, la psicología y el desarrollo emocional y social de los adolescentes se vuelvan una mezcla explosiva que puede conducir a la tragedia.

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