El director Jacques Audiard en el photocall de 'Emilia Perez', en el festival de Cannes
Las dos mejores películas de la jornada en Cannes
El festival recupera la calidad con dos filmes que figurarán seguramente en el palmarés final
Recupera vigor el 77 º Festival de Cannes con dos filmes que figurarán seguramente en el palmarés final: la comedia musical mexicana Emilia Pérez del francés Jacques Audiard y el romántico Feng liu yi dai, aquí exhibido con el título internacional Caught by the Tides, del maestro de la sexta generación del cine chino, Jia Zhang-ke.
Si bien Audiard nos tiene acostumbrado a cambiar de registro con cada nuevo filme, esta vez el realizador francés ha cruzado todos los límites con una comedia musical (género por él explorado por primera vez), hablada y cantada en castellano y con al centro de la historia un importante narco que quiere cambiar de vida y transformarse en mujer.
Rita es una asistenta abogada, capaz con sus arengas de declarar inocente a Hitler, que es contactada por uno de los líderes del narcotráfico, Manitas, para que le consiga un buen cirujano para cambiar de sexo y así escapar a sus rivales y a la justicia, declarándose muerto y cumpliendo su sueño de vivir como mujer.
También le encarga de cuidar de su esposa y sus dos hijos, llevándolos a una mansión que le ha comprado en Suiza y recompensando a Rita con una cifra millonaria. Pero después de cuatro años, la actual Emilia Pérez, extraña a sus hijos y encomienda a Rita que los traiga de vuelta a Brasil, presentándose como prima lejana de Manitas.
Karla Sofia Gascon, Zoe Saldana y Selena Gómez
Y aquí se produce un nuevo cambio en la vida del ex narcotraficante: la de usar su fortuna para encontrar las fosas comunes que él mismo había construido a llenar y recompensar a los familiares de sus víctimas.
Audiard y su habitual coguionista Thomas Bidegain logran esquivar el lado grotesco de la historia, manejándola con gran sensibilidad y sobre todo arquitectando un tipo de comedia musical moderna y original, un poco a la manera de «Los paraguas de Cherburgo», donde se pasa insensiblemente de la palabra al canto.
Pero es la simbiosis entre música y acción, entre grandes números musicales y escenas de gran dramatismo, donde reside la originalidad del filme, realizado con la espléndida fotografía de Paul Guilhaume, el formidable montaje de la fiel colaboradora de Audiard, Juliette Welfling, y sobre todo la interpretación de grandes actores-cantantes como Zoe Saldaña, Selena Gómez, Adriana Paz y sobre todo a la española Karla Sofia Gascon, auténtico transexual que comenzó su carrera de 40 films con su nombre de bautismo Juan Carlos Gascón, adoptando el nuevo tras su operación en 2018.
Será difícil encontrar en los próximos días un filme que reúna tantas condiciones para llevarse la Palma de oro del 77o. Festival de Cannes.
La otra joya cinematográfica
Uno de sus posible contrincantes es Caught by the Tides, traducible como Atrapados por la marea, pero el título chino sonaba más bien como Generación romántica y refleja mejor la atmósfera del filme que es la búsqueda, reencuentro, separación y nueva reunión de una pareja a lo largo de veinte años, los mismos que separan las dos partes temporales en las que está dividida la película y su mismo rodaje.
Liang Jiayan, Yu Lik Wai, Director Jia Zhang Ke, Zhao Tao, Zhou You, Wan Jianhuan y Shozo Ichiyama, en el photocall de 'Caught by the Tides
En efecto, Jia comenzó la preparación de Still Life, el film que lo consagró en 2006 con el león de Oro del festival de Venecia, ya inmediatamente después de Platform, premiado también en el Lido y que le valió en 2000 sus primeros problemas con la censura de su país.
Por aquella época estaba en plena construcción el más grande dique del mundo, el de las Tres Gargantas, en la provincia norteña de Sichuan y en un pueblito destinado a ser sumergido por las aguas.
Jia utilizó una de las tres historias de Still Life, sobre el desencuentro de una pareja, utilizando además gran parte de ese material que mostraba la vida cotidiana y de alguna manera despreocupada de una entera población al punto de abandonar su terruño natal y que había sido descartado del montaje final.
La historia de esta pareja, que había quedado interrumpida en Still Life, tiene ahora en la última media hora del nuevo filme, un final, si no feliz, por lo menos resignado y melancólico, debido al pasar de los años.
Pero Jia no se olvida de su rol de denunciador de los defectos del régimen de su país, utilizando material por él mismo filmado, rodado durante las masivas protestas populares por la estricta cuarentena mantenida por las autoridades a todo lo largo de la epidemia de Covid 19.
