Iker Jiménez, en 'Viajando con Chester'
Televisión
Iker Jiménez revela a Risto el sabotaje que sufrió en la SER: «Fue gente de la casa»
El presentador de Horizonte se ha pronunciado sobre su ideología política, lamentando el «hooliganismo» al que empujan los partidos políticos
Desde que empezara su carrera en Radio Alameda, el nombre de Iker Jiménez está unido a una palabra: misterio. Eso a lo que él llama «destellos de una realidad que vivimos, de la que no somos del todo conscientes» o «una forma de aviso con muchos disfraces que viene a decir al ser humano desde el principio de los tiempos que eres hijo de un milagro».
Sin embargo, quienes se cruzan en su camino, contó este lunes a Risto Mejide en el programa de Cuatro Viajando con Chester, siempre se muestran «escépticos» para «poner distancia». «El misterio da mucho recelo y mucho miedo a nuestro cerebro más primitivo», justificaba.
Aun así, ha revelado que esta temática es la que «menos audiencia» le da a su programa. «Me da más los inventores españoles, la arqueología, la ciencia, la investigación policial…» Pese a ello, continúa mostrándolo porque le encanta.
Un sabotaje en la Ser
Sobre el estreno de Milenio 3 en la Cadena SER, narra un saboteo desde dentro por el que, desde que aconteció, no se fía de depender de guiones o prompter del que tenga que leer.
Apenas tres minutos antes de comenzar, Antonio Ferreras le llamó para decirle que él y otros directivos estaban escuchándole con atención. Cuando se encendió la luz roja y comenzó a sonar la música, algo no iba como debería. «La cara de mi mujer es como la de un muerto viviente y el técnico me dice que se ha borrado todo», narraba. «Estoy convencido de que me borraron las cintas, gente de la casa», proseguía, explicando la facilidad con la que se borraban las cintas magnéticas.
Tras su llegada a la tele, donde ha permanecido durante 20 años, Risto Mejide le ponía sobre la mesa dos momentos especialmente complicados: la pandemia y la dana. En el primero le llamaron «alarmista» y en el segundo, le acusaron de difusión de bulos.
El 10 de febrero de 2020 se grabó un programa emitido el día 25 de ese mes. En aquel momento incidió en cinco puntos cuando aún no había afectados: «Nos van a encerrar, compren comida, compren papel higiénico —y lo más importante— va a morir gente en las residencias y no va a haber respiradores».
Tras conocer de primera mano la situación, afirmando que fueron «los primeros en dar repercusión a las imágenes del laboratorio y sacar los nombres de dos médicos que fueron mordidos por dos murciélagos —supuestos pacientes 0 y 1—», decidió dejar de acudir al plató para evitar que su «gente o sus niños» enfermasen.
Una campaña en su contra tras mostrar el «abandono» en la dana
Cuando aconteció la dana, Iker Jiménez cuenta que ha sido víctima de una campaña en su contra. Se defendía de las acusaciones de que en su programa se aseguró que había más de 700 muertos en el parking de Bonaire. Apoyado en cortes de vídeo, Risto incidió en que el error fue que hablaron de «tickets» cuando pretendían referirse a las plazas existentes en el aparcamiento del centro comercial, información que procedía de la policía.
«Ni Iker Jiménez ni el equipo de Horizonte habló de que había 700 muertos», reiteraba. Así, decía que «molestó mucho» cuando él, junto a Ángel Gaitán y algunos miembros de su equipo, lograron entrar en Paiporta y mostraron «el abandono» de la gente. «Desestabilizó y de pronto se mete una historia del bulo de los 700 muertos», comentaba. Igualmente, agradeció el apoyo tanto de Risto como de Ana Rosa Quintana, ya que otros medios —a los que no mencionó— le criticaron, cuando también ellos dieron la misma información, incluso algunos desplazados a aquel lugar.
Otro de los hechos reprobables que ocurrieron fue cuando su colaborador Rubén Gisbert se manchó de barro. Jiménez reveló que le comentó la posibilidad de entrar en falso directo porque no había cobertura. «Le dio miedo aparecer manchado y luego limpio» porque Gisbert no conocía la estructura del programa o si luego entraría en directo. «Es un error», lamentaba, así como que le habían «impedido verle» después de aquel episodio. Aun así, reiteró que pasó más de «30 minutos en antena pidiendo disculpas».
«No soy comunista porque he estudiado el comunismo»
Desde aquello se ha generalizado el que le llamen «facha o nazi». «Hay cosas muy normales que son de facha. Lo que no soy es comunista por una razón muy sencilla: porque he estudiado el comunismo y tengo gente que lo ha vivido». Igualmente, decía haber «cosas de derechas» que no compartía como la visión de «algunos aspectos sobre los roles de la gente».
Lamentaba profundamente el «hooliganismo» al que empujan los partidos —y la gente que compra sus discursos—. «Te venden el pack, o estás con nosotros o contra nosotros. Me parece la mayor estafa de la historia», proseguía. Se definía como liberal por creer en el «libre mercado, el esfuerzo y que nuestro dinero tiene que servir para ayudar a los menos favorecidos» y no caer en el «parasitismo social».
Así, arremetía con los que piensan que «Trump es imbécil, que Elon Musk es idiota». «A los americanos se les tiene mucha tirria, se cree que son imbéciles y se lo creen nuestros políticos, que son unas eminencias. Yo creo (sobre Trump y Musk) que tienen cosas admirables», sentenciaba.