Marc Márquez en El Hormiguero
Marc Márquez: «Hubiese sido un fracaso no volver a competir»
«Ya no nos daremos la mano», las conmovedoras palabras de Marc Márquez a su hermano Alex, en El Hormiguero
Marc Márquez, campeón del mundo de MotoGP, por séptima vez en 2025, ha recuperado la sonrisa de campeón, tras cuatro años de incertidumbre por sus lesiones. Lleva más de diez operaciones quirúrgicas, cuatro en el húmero derecho, pero: «la tensión, el sufrimiento y el calvario-explica el piloto en el Hormiguero de A3- que pasamos todos durante cuatro años ha quedado atrás». Ganó el Mundial con suficientes triunfos y puntos, antes de caerse: «Me hubiese fastidiado ser campeón estando sentado en el sofá de mi casa».
Volver a celebrar un título, el séptimo de MotoGP fue algo nuevo, especial: «Sufrí una explosión de emociones que no había sentido nunca. Me derrumbé. En los títulos anteriores, ganaba y al día siguiente ya pedía que llegara la próxima carrera para »reventarlos« a todos. Esta vez gano y estoy flotando. No quiero subirme a la moto».
Marc Márquez es la sonrisa permanente, solo el llanto le aparece cuando se menciona a su abuelo Ramón, que tras la última lesión, le lanzó el ultimátum: Seguro que nos está viendo desde allá arriba, murió en febrero de 2024. Todos los abuelos y abuelas, mi abuelo lo vivió de cerca y me dijo: «¡Basta ya!», y le dije: «La última oportunidad… seguro que está disfrutando como nosotros».
Sus cuatro años en la retaguardia le marcaron su espíritu ganador: «No quería que la lesión marcara mi carrera deportiva. Quería que fuera un recuerdo, pero tenía que ganar otra vez y lo he conseguido. Dudé de mí, pero para sacarme esas dudas me fui a la moto ganadora, la Ducati Lenovo, dejé Honda. Si no lo intentaba era un fracaso. Tomé la decisión de forma egoísta, solo pensando en mi futuro».
Lleva por los brazos, tornillos y placas. Un médico, cuando se cayó en su última carrera, se asustó: «Me hizo una radiografía, ven que hay tantos tornillos y placas que se asustan y hay un tornillo doblado. Tranquilos, les dije que ese ya lo llevaba doblado. He competido así este año. No pasa nada».
El piloto ya sueña con la próxima temporada, tras la rehabilitación del brazo que va por buen camino: «No me va a quedar ninguna secuela. Ahora mi trabajo —explica Márquez— es prepararme durante el invierno para que se hable de mis resultados y no se hable de mi brazo».
Su máximo rival será su hermano, Alex, actual subcampeón mundial de MotoGP. Son uña y carne. Entrenan juntos, disfrutan de la competición juntos, pero… Marc vio, antes de la carrera de Argentina, que su hermano iba a ser el gran rival a batir. Se sentó con él y se produjo una conversación solo propia de un campeón del mundo con unos sentimientos y una personalidad ejemplares:
— Marc: «Vamos a pelear carreras, lo sabes…».
— Alex: «Sí».
— Marc: «Ya no nos daremos la mano. Si te tengo que adelantar, te adelantaré; si me tienes que adelantar, me adelantarás. Si pasa algo, seguiremos siendo hermanos y nos querremos igual. ¿Es así?».
— Alex: «Sí».
«Nos dimos la mano» —termina Marc—«y ¡adelante!».
Es feliz con su novia Gemma Pinto, Pablo Motos le insinúa la posibilidad de tener descendencia: «Ehhhh, no me aprietes. Todo llega a su tiempo. Estamos muy enamorados y cuando estás al 100 % dedicado a una cosa…».
Su marca de casco ha lanzado una edición limitada de 93 unidades, numerada a 6.990 euros la unidad, de color rojo, pintado a mano en Japón, con certificado de autenticidad, impreso y firmado por Marc Márquez. A pesar de los tornillos, de las placas y de su hermano… quiere conseguir en 2026 su octavo título mundial de MotoGP.