Los reyes de España Juan Carlos I y Sofía de Grecia con sus hijos Felipe , Cristina y Elena de Borbón durante una visita a la Exposición Universal de Sevilla Expo 92
Expo 92, la puerta de España al siglo XXI
Se cumplen 30 años de la exposición universal que cambió la fisonomía de Sevilla e introdujo España en el imaginario internacional
Un repique de campanas de 38 iglesias de Sevilla actuó de banda sonora de la capital andaluza hace treinta años durante la inauguración de la Exposición Universal de 1992, una cita que, además de cambiar la fisonomía de la ciudad, empezó a introducir a España en el siglo XXI.
Un 20 de abril abría sus puertas una muestra que enseñó al mundo, durante seis meses, los avances de la humanidad desde la llegada de Colón a América. A las 12:15 horas del 20 de abril de 1992 el rey Juan Carlos I la declaró inaugurada, 16 años después haber anunciado el proyecto en la República Dominicana.
«Pocas ciudades hay en el mundo tan apropiadas como Sevilla para albergar una Exposición Universal: la Sevilla romana, la árabe, judía, cristiana, indiana, ha producido el patrimonio cultural que este año mostramos los españoles a huéspedes venidos de todos los países de la tierra», manifestó entonces don Juan Carlos.
La Isla de la Cartuja, epicentro sevillano
El recinto elegido para la Expo 92, el de la Isla de la Cartuja, debe su nombre a que en 1400 se fundó en esta zona el monasterio de Santa María de las Cuevas, de la orden de los cartujos, lugar de residencia y primer enterramiento de Cristóbal Colón, un lugar que en el siglo XIX pasó a ser una fábrica de porcelana y loza.
El núcleo central de la Expo estaba formado por cuatro pabellones temáticos, el Futuro, el Siglo XV, la Navegación y la Naturaleza, y destacó la Plaza de las Américas y el Pabellón de España, unos lugares por cuyos rincones pululó un peculiar pájaro blanco con pico en forma de cono y una cresta con colores de los cinco continentes.
Se trataba de Curro, la mascota de la Exposición diseñada por el alemán por Heinz Edelmann, y que se convirtió en uno de los iconos de la muestra junto con el monorrail, el telecabina o los puentes del Alamillo, de la Barqueta, el Cachorro y la pasarela de la Cartuja, infraestructuras fundamentales de la Sevilla actual.
García Márquez, Gorbachov, Lady Di y 40 millones de visitantes más
La Expo 92 acogió a unos 40 millones de visitantes, la inmensa mayoría anónimos pero algunos muy conocidos desde todos los ámbitos, como los 17 jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos, el entonces presidente ruso, Mijail Gorbachov, personajes de la Cultura como Gabriel García Márquez, o de la realeza como el príncipe Carlos de Inglaterra y Diana de Gales o Carolina de Mónaco.
En total participaron 30 países europeos, 33 americanos, 21 asiáticos, 20 africanos, 8 de Oceanía, así como las 17 comunidades autónomas y 23 organismos internacionales, junto a seis empresas con pabellón propio, todos ellos intentando recoger los aspectos culturales, tecnológicos y lúdicos. La Expo 92 duró 176 días e hizo que los sevillanos conocieran, entre otras cosas, el primer tren de alta velocidad de España que, desde entonces, une a la capital de Andalucía con Madrid.
Se invirtieron unos 6.000 millones de euros en un recinto en el que se plantaron más de 30.000 árboles y 600.000 arbustos y setos, se construyeron siete nuevos puentes y se diseñaron 50.000 metros cuadrados de pérgolas para dar sombra a 1.500 especies de plantas.
De la Expo 92 a Cartuja 93
DE LA EXPO 92 A CARTUJA 93
Con el final de la Expo 92 nació Cartuja 93 S.A., que se constituyó ese mismo año una vez finalizada la Expo y respondía a un proyecto anterior de 1989 que encargó el entonces Instituto de Fomento de Andalucía (IFA) a varios sociólogos de las universidades de Sevilla y Málaga para diseñar el futuro de este espacio.
La empresa pública Cartuja 93 nació con un capital social de 500 millones de pesetas y partió de un proyecto anterior que preveía la reconversión del recinto en una zona destinada exclusivamente a I+D y Universidad y que comenzó con el compromiso de unas 20 empresas. Pero la situación económica era entonces bastante desfavorable y grandes firmas tecnológicas que construyeron sus pabellones con la intención de quedarse terminaron marchándose.
No obstante, otras se quedaron, y Cartuja 93 nació con una edificabilidad de 497.808 metros cuadrados y con un diez por ciento edificado gracias a los pabellones heredados de la Expo 92, porcentaje que subiría al 17 por ciento tras su primer año. Hubo que esperar hasta el año 2000 para ver su despegue definitivo. El 22 de junio de 2016, la junta de accionistas de la antigua Cartuja 93, S.A. aprobó modificar los estatutos de la sociedad para incluir novedades como el cambio de denominación, que pasa a ser Parque Científico y Tecnológico Cartuja S.A.
El PCT Cartuja, del que la Junta tiene una representación accionarial del 51 por ciento, alberga a 536 empresas y entidades, que generan un empleo directo de 23.701 trabajadores y una actividad económica de 2.987 millones de euros y su denominación relevó en 2010 al de Cartuja 93, como se llamó desde el final de la Expo.
Se conservan 29 pabellones (últimamente desapareció el de Naciones Unidas) y desde la Asociación Legado Expo se está trabajando conjuntamente con las administraciones autonómica y local para una mayor implicación en el recinto, según explica su presidente, Rafael Ruiz, que considera que la Expo 92 ha sido una muestra «muy querida» para los ciudadanos de Sevilla porque supuso algo «crucial» en la historia de la ciudad pero lamenta que haya «calado» también el «discurso del abandono» de un lugar al que acuden diariamente unas 36.000 personas para trabajar o estudiar y donde se facturan más de 3.000 millones de euros.