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26 de abril de 2024

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En Estados Unidos no deja de crecer el número de hispanohablantes

El español se abre paso en el Congreso y se expande por todo Estados Unidos

En 2060 Estados Unidos será el segundo país del mundo con más hispanohablantes, desde aquellas Capitulaciones de Santa Fe con las que los Reyes Católicos revolucionaron el mundo

Según el último informe elaborado por The Hispanic Council, el uso del español en la política de Estados Unidos sigue creciendo año tras año.
The Hispanic Council es un think tank que promueve las relaciones entre España y Norteamérica, presente en Madrid y en Washington D.C. y cuya actividad principal se centra en el análisis, la investigación y la divulgación histórica.
El último de sus estudios bienales, que ha sido también presentado en el Congreso de los Diputados en Madrid, ha medido el uso del idioma español entre congresistas y senadores con su electorado y en las instituciones gubernamentales.

Influencia creciente

Las conclusión es que, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, el español está creciendo en influencia, al mismo tiempo que la presencia de los hispanos en la sociedad civil. En este sentido, Hispanic Council señala que ha habido un incremento los últimos cuatro años del 21%: de 62 a 74 congresistas hispanoparlantes en el año 2022, dato que supone un 16,8% del total del congreso.
En cuanto a los senadores, en el mismo tiempo se ha duplicado también la presencia de hispanohablantes, pasando de los 13 de 2018, a los 28 de este año, y que supone el 28% del total de la cámara.
Esta creciente presencia del español en las cámaras de poder es sólo el reflejo de la realidad de un idioma que crece progresivamente en el norte del continente americano por las oleadas de inmigración, que alcanza ya la cifra de los 62 millones de habitantes en Estados Unidos y que supone un 18,7% de una población total de más de 331 millones de norteamericanos.

Un idioma expansivo

Estas cifras sitúan a Estados Unidos como el país con mayor número de hispanohablantes entre los países en los que el español no es una lengua oficial. De cara a 2060 se estima que el país de las barras y estrellas sea por entonces el segundo país del mundo con mayor número de hablantes hispanos, solamente por detrás de México, mientras que en el mundo, el español será el idioma de más de 492 millones de personas, representando en torno a un 7,5%.
Registro de las Capitulaciones de Santa Fe (Granada) de Cristóbal Colón con los Reyes Católicos, consevado en el Archivo de la Corona de Aragón

Registro de las Capitulaciones de Santa Fe (Granada) consevado en el Archivo de la Corona de Aragón

Una responsabilidad histórica

Recientemente, el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, clausuraba una conferencia sobre el futuro de nuestro idioma, reconociendo el gran desafío y la responsabilidad que supone su cuidado y fijación frente a las nuevas tecnologías y la influencia en el ámbito científico del inglés. Sin embargo, nadie puede profetizar qué sucederá dentro de cien años, desde el vértigo que supone la revolución tecnológica a la que asistimos, de la misma manera que nadie pudo anticipar qué sucedería con aquellas Capitulaciones de Santa Fe, por las que los Reyes Católicos un 17 de abril de 1492 daban poderes al navegante Cristóbal Colón y lo enviaban a una desconocida ruta hacia las Indias, cuyas consecuencias históricas y culturales fueron inesperadas en fruto civilizatorio y unidad afectiva. Aunque quizá esta unidad la tengamos un tanto olvidada desde la Independencia hispanoamericana y sus posteriores derivas, entre dictatoriales y corruptas.

Qué idioma; qué español

¿Será el español el idioma que vuelva a ordenar aquella bíblica confusión idiomática que comenzó en Babel? Quién sabe. En cualquier caso, si eso sucediera, harán falta esos españoles –o hispanos– que ansiaba Pedro Laín Entralgo en su ensayo Reconciliar España, cuando pedía «españoles sin trampa ni disfraz. No hombres que, para afirmarse a sí mismos, necesitan enarcar el pecho, engolar la voz y convertir en gesto de hidalgo amenazador o de hidalgo derrotado –en definitiva, de hidalgo fingido– su puesto en la vida pública. A mí dadme, os lo ruego, españoles sin mesianismo, que saben conversar, reír, llorar con sencillez, y a través de sus palabras, sus risas o sus lágrimas, nos dejen ver, allá en lo hondo, esa impagable realidad que solemos llamar una persona».
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