Este sábado, el diestro Antonio Ferrera quiso brindar el quinto toro, de la ganadería Victorino Martín, de la tarde en La Maestranza a Joaquín. Para ello, se acercó al callejón, donde estaba el jugador del Betis, y le animó a saltar al ruedo a pesar de estar prohibido. Joaquín, conocedor de la normativa que impide entrar en la arena a cualquier persona ajena al festejo, se resistió según los presentes, negándose a hacerlo. Incluso, los presentes le recordaron al futbolista que no estaba permitido. Pero, tras la insistencia del diestro, Joaquín cedió y terminó abrazando al torero dentro del ruedo. Este hecho les valdrá una propuesta de sanción a ambos por desacato a la autoridad e invadir ilegalmente el ruedo.
Según diversos testimonios presentes en el momento, Ferrera insistió notablemente al jugador de fútbol en que saltara: «Salta que yo te pago la multa», le dijo. Y continúo animándole: «Venga, vamos, que tú eres torero, échale casta...».
A pesar de que fuera el diestro el que azuzó a Joaquín para que se saltara la normativa taurina, serán los dos quienes deberán responder a la posible sanción. Aunque el torero ya parecía contar con las consecuencias. Joaquín saltó limpiamente la barrera que separa el callejón del ruedo y se abrazó a su amigo que le brindaba uno de los mejores toros de esa tarde. Tras el abrazo, el futbolista volvió a su lugar con otro salto limpio.
Las autoridades de la plaza de toros sevillana insisten en que se trata de una falta que rompe con el rito de la corrida y que, hay que evitar en todo momento que un espectador invada el ruedo, sea cuales sean las circunstancias.
Pero este no es el primer toro que le brindan a Joaquín, un gran aficionado taurino. El pasado viernes, acudió a la misma plaza de toros acompañado del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y juntos recibieron el brindis de un toro de Diego Urdiales. Aunque en esta ocasión, lo hicieron desde el burladero desde el que asistían a la corrida.
La sanción a la que se enfrentan tanto el diestro como el futbolista oscila entre los 30 y los 60.000 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción.
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