Pedro Sánchez le dijo en el Senado a Alberto Núñez Feijóo que le resultaba «patético» que el Partido Popular acudiera «a las instituciones europeas a intentar boicotear los fondos europeos, la solución ibérica y la reforma de las pensiones mientras Bruselas da luz verde a esos proyectos, impulsados por su Gobierno».
El problema semántico llegó cuando el presidente quiso realzar el adjetivo y para hacerlo utilizó el término «peripatético»: «Y más que patético, yo diría, resulta peripatético ir a visitar el país que ostenta la Presidencia rotatoria de la Unión Europea...», dijo.
Pero lo que resulta no es «patético» (como le parece en este caso a Sánchez la actitud de los populares) sino que «peripatético» no tiene nada que ver con el significado que pretendía darle el presidente. «Peripatético», según el DRAE, es «Que sigue la doctrina o filosofía de Aristóteles», en su primera acepción, «Perteneciente o relativo a la filosofía o doctrina de Aristóteles» en su segunda, y en su tercera, la más chocante: «Prostituta callejera».
Pedro Sánchez quiso llamar «muy patético» a Alberto Núñez Feijóo, y en realidad por pura ignorancia le llamó «aristotélico» o «prostituta», elogio y ofensa, respectivamente, de los que cabe entender que no tenía intención.
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