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21 de mayo de 2024

El diestro Julián López "El Juli" durante el primer festejo de la Feria de San Isidro

El diestro Julián López «El Juli» durante el primer festejo de la Feria de San IsidroEFE

Con capotes y a lo loco en la primera de San Isidro

Toros sin raza, pero con rasgos de clase. El Juli por encima, voluntad del nuevo matador y un Roca Rey que no entró en calor

Todo estaba blanco, reluciente, como las rayas concéntricas, como los estribos de las tablas y los remates de los burladeros y el reloj con su toro trinchado y veleta que señalaba las mismas almas. El bullicio contra el mismo silencio alguacilillo que precedió a los toreros y a Cocherito, el primero de San Isidro 2023 para el nuevo matador que iba a ser Álvaro Alarcón, y que blandeó al salir del segundo puyazo un poco múltiple.
Recibió Alarcón los trastos de El Juli, con Roca Rey de testigo, mientras por detrás de los focos Chacón, el lidiador, se lucía tirándole la manta a Cocherito. Se embutió con él el toledano en dos tandas prometedoras que tocaron cumbre en la tercera con dos, y hasta uno más, naturales muy lentos. Pero se había parado el toro en ese ínterin, a pesar de que aún obedecía, por la clase, un poco por arriba, como flotando, metiéndose con el pitón derecho por delante muy lentito.
El diestro Julián López "El Juli" da un pase a su toro durante el primer festejo de la Feria de San Isidro

El diestro Julián López «El Juli» da un pase a su toro durante el primer festejo de la Feria de San IsidroEFE

De tendida casi fue superficial la estocada, pero fulminante como para saludar desde el tercio. Menudo salió Bandolero, con dos facas enhiestas, requetefinas para asaltar el capote de El Juli y engancharlo. Rebrincó patinando en el caballo. Y luego patinó solo, sin tope, como jovencito que no quiere ir al colegio y busca escapadas de reojo. Pero ahí estaba el maestro para encauzarlo. Lo probó por la derecha para meterlo en el aula, y luego allí lo principió muy lento con la izquierda en la tercera y en la cuarta entre los gritos extemporáneos que animaron al de Velilla a enfundarse a Bandolero y al público y a enseñarle un poco de toreo y la sabiduría que cabía a los boceras habituales.
¡Toro, toro! Gritó el respetable con Peluquino. 530 quilitos que parecían pocos con la estatura de Roca Rey. La estatura y casi la catadura del que le dan igual 530 que 580. Pero al público de Las Ventas no. A algún público que le pedía estirarse. ¡Pero cómo hacerlo si le llegaba el cinqueño por los tobillos! Lo envolvía el peruano, un envolvedor de categoría y en la tarde poco más, que no es poco, pero atropellado. Despatarrado, es verdad, en demasía. Tanto que se salió del ejercicio, como una gimnasta de las líneas en su ejercicio de suelo, solo que, en vez de puntos, se le restaran incontables, los intangibles de la emoción que el de Lima obtiene mayormente en el remolino que a lo mejor no cabía en un «torito» para otra cosa.
El diestro peruano Andrés Roca Rey con su toro en Las Ventas de Madrid

El diestro peruano Andrés Roca Rey con su toro en Las Ventas de MadridEFE

Estaba destemplada la tarde. Brisita fresca de sequía también taurina, sin una gota de alivio en el Molinero que no escribió, desde luego, Pedro Antonio de Alarcón. Sequía de raza y de lidia, por ese orden, salvo en El Juli. Toros más aprovechables que aprovechados sin ser provechosos, ni mucho menos. Pero había que mirar al Prisionero de Roca Rey porque volvía y buscaba. Aunque el suramericano no le vio el carácter que tenía un toreo por aplicar que no era ese, empeñado en arrastrarlo por el suelo. Se vio en una subida de mano por la que el toro pasó con belleza y una segunda ya más baja que dejó el eco de lo que pudo ser antes del pinchazo y la estocada que no fue la anterior del madrileño.
El diestro Álvaro Alarcón en Las Ventas

El diestro Álvaro Alarcón en Las VentasEFE

Un buen par de banderillas de Chacón pusieron un poco de regusto poco antes del encendido de las luces, y luego otra vez, ya brillando las platas y los oros, en el segundo par. Torero de verde billar y azabache. Con riesgo y sentido y gracia que fue todo con el viento apareciendo con fuerza, como remate, para levantarle las faldas a la primera de San Isidro.

Ficha del festejo

  • Plaza de toros de Las Ventas (Madrid). Primer festejo de San Isidro. Toros de La Quinta.
  • El Juli (de gris plomo y oro), ovación y silencio.
  • Roca Rey (de rosa y plata), silencio y silencio.
  • Álvaro Alarcón (de blanco y oro), ovación y silencio tras aviso.
  • Álvaro Alarcón tomó la alternativa.

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