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07 de mayo de 2024

Yolanda Díaz durante una rueda de prensa en su reciente visita a Estados Unidos

Yolanda Díaz durante una rueda de prensa en su reciente visita a Estados UnidosEFE

Yolanda Díaz, adalid del feminismo, elogia al pintor Diego Rivera, ejemplo de machismo superlativo

El artista mexicano fue conocido, además de por su arte, por sus constantes infidelidades y su crueldad con las mujeres

Yolanda Díaz se ha referido en X al pintor mexicano Diego Rivera como «el gran Diego Rivera», en el mismo texto donde elogiaba «la lucha por los derechos de los trabajadores y trabajadoras». El muralista de Guanajuato, además de por su arte y su excéntrica personalidad, fue conocido (y reconocido por él mismo al final de su vida) como un maltratador inclemente de mujeres.
Claro, que era comunista. Quién sabe si es esta la razón de que Yolanda Díaz pase por alto esta circunstancia sobresaliente de su vida. De él dijo su mujer, la famosísima pintora e icono de México, Frida Kahlo: «Han ocurrido dos accidentes en mi vida. Uno es el del tranvía; el otro, es Diego. Diego fue el peor de todos». El propio aludido confesó:
«... No tuve nunca moral alguna y viví sólo para el placer, doquiera que lo encontrara (...) Si amaba a una mujer, mientras más la amaba, más deseaba lastimarla. Frida solo fue la víctima más obvia de esta desagradable característica de mi personalidad».
Una característica desagradable que no fue la única. Su infidelidad patológica superó los limites de la crueldad extrema, incluida la relación con la hermana de Kahlo. Era un asesino (confeso) de amores de mujeres, del alma de sus amantes. Un salvaje depredador sexual e íntimo que nunca cesó en su actividad y nunca mostró arrepentimiento.
Tampoco cuando perdió a su primer hijo, fruto de su relación con una pintora rusa. A las aventuras constantes y simultáneas se suma lo que cuentan (lo contó él) sobre su canibalismo. Dijo que decidió comer carne humana (en sus visitas a las morgues para observar detalles para sus obras) porque en un estudio donde habían hecho comer carne de felinos a unos gatos se decía que su salud había mejorado. Llegó a decir: «Lo que más me gusta son los sesos a la vinagreta».
Estos son algunos detalles de la personalidad de Rivera que no han impedido a Yolanda Díaz, adalid del feminismo y los derechos sociales, llamar públicamente al famoso pintor mexicano «el gran Diego Rivera», y no se cree que sea por su tamaño (le llamaban «el elefante»). Quizá ha sido por cuando Rockefeller le encargo un gran mural para el Rockefeller Center como homenaje al capitalismo donde Rivera incluyó a Lenin y referencias al comunismo.
Cuando lo vio Rockefeller entró en cólera y mandó destruirlo. Quién sabe si este desafío fue lo que le hizo gracia a la vicepresidenta para olvidar la conducta bestial y cruel del artista.
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