
George Orwell en 1940
Diez frases del izquierdista George Orwell que retratan a la izquierda actual
El escritor y periodista inglés nacido en La India murió un día como hoy hace 75 años tras una existencia lejos de cualquier ideología imperante
George Orwell no se llamaba George Orwell, sino Eric Arthur Blair. Se cambió de nombre para dejar de ser quién era y ser otro absolutamente. Estudió en los mejores colegios británicos (como Eton, donde estudia la realeza), y en ellos fue un elemento extraño, señalado por la mayoría, por introvertido y distinto y por otra razón: no era rico ni pertenecía a una gran familia, sino que era un alumno becado.
Había nacido en la India y, cuando terminó el colegio, se fue a servir en la Policía británica en Birmania, renunciando a la Universidad. Allí su personalidad sufrió un giro y su imperialismo un desmoronamiento. Cuando regresó a Inglaterra decidió trabajar y vivir con las clases más desfavorecidas como acto de rebeldía interior y de transformación: era el suyo un izquierdismo verdadero, militante, honesto, sin dejar de ser excéntrico.
Escribió sobre esto y sobre sus días en la policía de Birmania, Sus obras empezaron a reflejar su creciente antiimperialismo que le hicieron rebotar hasta el lado contrario. Adoptó el anarquismo dentro del socialismo, aunque su libertarismo siguió haciéndole diferente como en sus tiempos de estudiante. Era la misma pieza que no encajaba en el socialismo rampante como tampoco encajaba en Eton.
Diez frases de George orwell:
- «La libertad significa libertad para decir que dos más dos son cuatro. Si eso se admite, todo lo demás se da por añadidura».
- «En tiempos de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario».
- «El nacionalista no solo no desaprueba las atrocidades cometidas por su propio lado, sino que tiene una extraordinaria capacidad para ni siquiera oír hablar de ellas».
- «El partido quiere tener el poder por amor al poder mismo».
- «Hemos caído tan bajo que la reformulación de lo obvio es la primera obligación de un hombre inteligente».
- «El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen confiables y el asesinato, respetable; y para darle la apariencia de solidez al mero viento».
- «Cuanto más se desvíe una sociedad de la verdad, más odiará a aquellos que la proclaman».
- «El Gran Hermano te observa».
- «No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la revolución para establecer una dictadura».
- «El nacionalismo es el hambre de poder alimentada por el autoengaño».
Homenaje a Cataluña fue la novela que escribió tras ser miembro de la milicia anarquista del POUM en la Guerra Civil española, fue el retrato atroz y verídico del comunismo, no desde el punto de vista de su oponente tradicional, la derecha, sino desde una de sus supuestas ramas: el anarquismo que aquel intentó destruir: una gran muestra del poder pernicioso de la ideología comunista.
Otra vez de regreso en Inglaterra, siguió practicando su particular socialismo sin par en la política inglesa alejado del laborismo. Rebelión en la Granja rebeló su anticomunismo feroz e inteligente en una obra pequeña y monumental, paradigma metafórico del monstruo igualitario que hoy planea sobre la sociedad moderna.
1984 terminó de confirmar su no alineación con ninguna de los dos posturas extremas (él dijo de sí mismo que era de izquierdas por convicción y de derechas por temperamento), el nazismo y el comunismo soviético, mayormente el impulsado y desarrollado por Stalin. Una distopía sobre el totalitarismo sin colores, donde siempre se había movido el ya famoso autor británico que vivió y murió disparando contra los males futuros que él adelantó para la posteridad y que bien vale recordarlos ahora que muchos tratan de devolverlos disfrazados.