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Freddie Mercury durante su actuación en el Live Aid de 1985

Freddie Mercury durante su actuación en el Live Aid de 1985

Freddy Mercury y su improvisación inmortal en el Live Aid 85

El cantante de Queen protagonizó un momento memorable en la actuación de la banda en el concierto del que recientemente se han cumplido 40 años

Hace 40 años, un concierto salvó un poco el mundo. O, si no lo salvó, hizo de este planeta un lugar mejor. Fueron varias actuaciones de algunos de los mejores artistas del momento, como Paul McCartney, Phil Collins, Led Zeppelin o Mick Jagger, que tocaron simultáneamente en Londres y en Filadelfia.

Todo el mundo recuerda, cuatro décadas después, el Live Aid 85, una locura hecha realidad que encabezaron Bob Geldof y Midge Ure para recaudar fondos para Etiopía. Todo, o casi todo, fue un éxito aquel 13 de julio de 1985.

Y si todo, o casi todo, fue un éxito fue, en parte, por el concierto de Queen. En apenas 20 minutos y con unas pocas canciones, la banda británica ofreció una de las mejores actuaciones de la historia del rock, y de la música en directo.

Queen empezó el concierto con Bohemian rhapsody y Radio Ga Ga, y, con el público ya más que entregado, Freddie Mercury, el cantante del grupo, decidió a improvisar. Y puso a cantar al unísono al mundo.

La tarde en que Freddie Mercury hizo cantar a millones de personas

La aparición de Queen en Londres el 13 de julio de 1985 fue breve pero huracanada. Freddie Mercury, vaqueros y camiseta de tirantes blanca, arrancó con Bohemian rhapsody y siguió con Radio Gaga. Y en mitad de la actuación, paró y entonó dos letras: «eo».

Les habló a las decenas de miles de personas que aquel día se aglomeraban en Wembley. Y recibió su respuesta. Decenas de miles de personas corearon esas mismas dos letras.

Mercury continuó el juego vocal, lanzando frases melódicas cada vez más complejas, que el público repetía con precisión. Lo que pudo parecer una simple pausa del concierto, fue, en realidad, un despliegue asombroso de conexión emocional y control artístico.

En cuestión de segundos, el cantante había convertido a miles de asistentes en una sola voz coral, como si el estadio entero respirara al ritmo de su voz.

Lo que Mercury logró en el Live Aid voló sus propios márgenes y los del concierto. Mostró su inmenso talento como cantante y su innata capacidad para dirigir al público. Fue la definición gráfica de carisma.

En la actualidad, poco más de 40 años después, sigue siendo un ejemplo perfecto de la capacidad de la música en directo para romper barreras y crear una profunda experiencia colectiva.

Freddie Mercury no sólo improvisó diferentes tonos con dos letras ante decenas de miles de personas. El frontman de Queen actuó para la posteridad y, sin saberlo, trascendió en mitad de un concierto legendario.

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