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Andrés Amorós
Crónica deAndrés Amorós

A hombros Fernando Adrián

Incomprendida lección magistral de Daniel Luque con un toro manso

Act. 20 sep. 2025 - 21:54

Fernando Adrián, tras recibir la oreja al segundo de su lote y abrir la Puerta Grande

Fernando Adrián, tras recibir la oreja al segundo de su lote y abrir la Puerta GrandeInstagram: @feradrianfa

Otro cartel interesante en la Feria de la Antigua de Guadalajara, con un solo lunar: la semejanza de estilo de los tres diestros. Antes, se solía buscar la variedad; hoy, por desgracia, no sería muy fácil: no hay mucha variedad para escoger. Vienen Perera y Luque de triunfar rotundamente e Murcia; reaparece Fernando Adrián, infiltrado, después de un importante percance, con fracturas, en Venezuela.

Los toros de Alcurrucén, de encaste Núñez, no han dado el juego esperado: hacen floja pelea en varas; son manejables, en general, pero sosos y deslucidos. Por su entrega y por su espada, Fernando Adrián corta un trofeo a cada uno de sus toros y sale en hombros. Por fallar con la espada, se queda en una oreja Perera. Igual resultado obtiene Daniel Luque aunque, en mi opinión, da una verdadera lección magistral, con un toro muy manso: el público no se entera y ni siquiera aplaude.

Miguel Ángel Perera es un diestro muy poderoso. El revés que esto tiene: faenas largas y de un patrón similar. Da la impresión de que quiere imponer siempre su esquema, sea como sea el toro. (Algo así hacía Manolete). Lo ortodoxo es acomodarse a las condiciones del toro: ése es el concepto central de la lidia clásica.

El primero es noble pero soso, le falta chispa. Perera, muy seguro y mandón, va construyendo una faena más correcta que brillante. Mata trasero, como suele, tarda en caer el toro y falla con el descabello.

El cuarto embiste a media altura, le pegan poco en varas, se apaga pronto. Con maestría, Perera realiza un trasteo clásico, le saca naturales limpios, liga circulares; al final, recurre a las luquecinas y los alardes de quietud. No mata bien pero corta un trofeo.

También es muy grande la capacidad, la solvencia de Daniel Luque. Puede con casi todos los toros; lógicamente, brilla más con los toros encastados, los que necesitan más mando. Pero hay que saber apreciarlo.

Recibe al segundo, manejable y soso, con verónicas solemnes. Le va enseñando a embestir con ayudados por alto y por bajo. Corre la mano con suavidad. Cuando el toro se para, recurre al arrimón. Ha estado muy sobrado, casi sin despeinarse. El trasteo ha tenido mérito pero ha faltado emoción porque ha faltado toro. Mata de estocada hasta la mano, entrando muy derecho: oreja.

El quinto es claramente el más manso y deslucido de la corrida: incierto, áspero, probón. Descabalga al picador de un pitonazo y sale huyendo. Comprueba Daniel en seguida que por la derecha no hay nada que hacer y realiza todo el trasteo por la izquierda, sin dudarle, muy seguro. Muchos diestros lo hubieran pasado mal con este toro. Nadie da un duro por la faena pero, poco a poco, Luque lo va metiendo en la muleta, con mucho mérito. Al final, le anda por bajo magistralmente: ¡qué hermoso es saber andarle a un toro! Lo hacía maravillosamente Domingo Ortega; ahora, lo hace Morante, y, hoy, Luque. Aunque el toro está con la cara metida entre las manos, logra otro gran espadazo. Para mi asombro, ni le piden la oreja ni siquiera le ovacionan…

Daniel Luque, con el quinto de la tarde, un manso al que sacó una faena de mérito

Daniel Luque, con el quinto de la tarde, un manso al que sacó una faena de méritoX: @InfoDanielLuque

Tiene mérito Fernando Adrián al reaparecer pronto, después de un fuerte percance. Le avala sobre todo su cadena de éxitos pero esto puede tener también su inconveniente: la obsesión por cortar trofeos suele conducir a utilizar recursos populistas…

El tercero sale manseando, es incierto y deslucido, pega arreones. Adrián, muy firme, le saca algunos muletazos por la derecha; por la izquierda, el toro es más complicado. Cuando la faena está ya hecha, la prolonga con manoletinas. Mete la mano con habilidad, con la espada: oreja.

El último, más cómodo de cabeza, humilla pero queda corto, hace floja pelea en varas. Comienza Fernando de rodillas, en el centro. Aunque el toro protesta, con valor y entrega, el diestro le saca muletazos, lógicamente desiguales. Las inevitables bernadinas calientan al público, al final. Mata con decisión pero necesita tres descabellos y suena un aviso; a pesar de eso, corta una oreja y sale a hombros.

No han sido toros peligrosos los de Alcurrucén pero sí deslucidos, en general. Los diestros han estado bien, cada uno en su estilo. Lo más importante, para mí, la gran faena de Daniel Luque al quinto, un toro muy manso. (Viéndola, entiendo que Roca Rey eluda alternar con él). En una Plaza donde es muy fácil cortar trofeos, una faena magistral a un toro manso, bien rematada con la espada, no levanta ni un aplauso: con escasas excepciones, así está el público actual. Lo lamento muchísimo.

FICHA

Guadalajara. Coso de las Cruces, Feria de la Antigua. Sábado 20 de septiembre. Buena entrada.
Toros de Alcurrucén, manejables pero, en general, sosos y deslucidos.
MIGUEL ÁNGEL PERERA, de verde esmeralda y oro, estocada trasera y cinco descabellos (aviso, silencio). En el cuarto, pinchazo y estocada corta perpendicular (oreja).
DANIEL LUQUE, de gris plomo y oro, buena estocada y descabello (oreja). En el quinto, buena estocada y dos descabellos (silencio).
FERNANDO ADRIÁN, de negro y oro, estocada delantera (oreja). En el sexto, estocada y tres descabellos (aviso, oreja y salida a hombros).
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