El barbero sobre su asno en una ilustración de 'El Quijote'
El burro delante para que no se espante: la RAE desmiente una de las creencias sobre el español más extendidas
A veces, las normas de urbanidad crean confusión entre los hablantes y les lleva a considerar incorrectas formas de hablar válidas
Es norma conocida por todos que, a la hora de enumerar, nunca se debe mentar a uno mismo en primer lugar antes que al resto del grupo.
Primero, porque se considera de mala educación. Ahí no hay nada que objetar. Las normas de urbanidad responden a un convencionalismo social que, por otra parte, es sensible de experimentar modificaciones y evolucionar.
De ahí viene la expresión «el burro delante para que no se espante», que, a su vez, procede del refrán «los arrieros siempre echan los asnos delante».
Segundo, porque es gramaticalmente incorrecto. O eso cree la mayoría de los hablantes. Sin embargo, es falso. No es erróneo decir «yo, mengano y zutano», aunque resulte un tanto egocentrista.
Aguafuerte de Goya titulado «Tú que no puedes»
Así lo explicó la Real Academia Española en una entrada de su departamento del Español al día. «No es incorrecto ni lo ha sido nunca», zanja la cuestión la RAE, que no entra a juzgar cuestiones de normas de urbanidad.
De hecho, hay casos en el que lo correcto es nombrarse a uno mismo en primer lugar. Por ejemplo, si en una competición el que habla es el que ha ganado la carrera, lo correcto es nombrarse a uno mismo por haber quedado en primera posición: «Las primeras en llegar a la meta fuimos yo, Eva y Ana», cita la RAE a modo de ejemplo.
Más casos: cuando se está empleando el plural lo natural es decir «nosotros y ellos» y no «ellos y nosotros».
Y un caso más, éste, quizás, más obvio: cuando entre los elementos que se enumeras hay elementos no animados, se debe citar, en primer caso, al animado, aunque sea uno mismo: «yo y mis libros». Decir «mis libros y yo» tampoco es incorrecto, pero suena forzado y únicamente se justifica desde un punto de vista poético.
La RAE cita un último caso, y es cuando «los elementos de la sucesión parten de un yo que claramente encabeza el grupo». Es el caso de «yo y los que me siguen creemos…».
