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Presentación del proyecto entre Cultura e Interior para integrar a condenados a penas alternativas a prisión en museos estatales

Presentación del proyecto entre Cultura e Interior para integrar a condenados a penas alternativas a prisión en museos estatalesEFE

Urtasun y Marlaska pondrán a condenados a trabajar en museos e instituciones culturales del Estado

El Ministerio de Cultura y el de Interior acuerdan reservar plazas en museos estatales para condenados a penas alternativas a prisión

Las personas condenadas a cumplir medidas alternativas a la prisión podrán hacerlo mediante trabajos en instituciones culturales dependientes del Ministerio de Cultura, como el Centro Dramático Nacional, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, el Museo Nacional del Romanticismo y el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias.

Esta iniciativa forma parte de un nuevo acuerdo entre el Ministerio de Cultura (dirigido por el ministro Ernest Urtasun) y el Ministerio del Interior (encabezado por el ministro Fernando Grande-Marlaska), concretamente a través de la Dirección General de Derechos Culturales y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, firmado este jueves.

El proyecto prevé acciones tanto para personas condenadas a prisión como para aquellas con sanciones sustitutivas, según informó el Ministerio de Cultura.

En el caso de quienes están actualmente en prisión, la propuesta comenzará a aplicarse en tres centros penitenciarios: Madrid VII (Estremera), Valencia y A Lama (Pontevedra), con un enfoque específico en mujeres reclusas.

Esta fase inicial será ejecutada por la Fundación Gabeiras, con la intención de extenderse gradualmente a todos los centros penitenciarios del país, donde hay actualmente 48.098 hombres y 3.650 mujeres privados de libertad.

A través del programa, se introducirán progresivamente contenidos culturales y actividades que favorezcan la participación de la población penitenciaria.

Además, se impartirán formaciones en mediación y gestión cultural dirigidas al personal funcionario, con el objetivo de ampliar el impacto transformador de la cultura en el entorno carcelario.

En cuanto a las penas alternativas, las distintas unidades del Ministerio de Cultura actuarán como espacios de acogida para unas 130.000 personas al año, de las cuales un 12 % son mujeres.

En su mayoría, estas medidas recaen sobre varones condenados por delitos como maltrato o infracciones de tráfico.

Guadalupe Rivera, subdirectora de medidas alternativas, ha detallado que estas condenas tienen una duración mínima de 22 días y que una misma plaza puede ser ocupada por diferentes penados, según las jornadas asignadas y el tipo de trabajo.

Entre las tareas previstas se encuentran el montaje de escenarios, el movimiento de vestuario, la colocación de sillas o la reorganización de salas en los museos.

Los organismos concretos incluidos en esta colaboración son el Centro Dramático Nacional y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, ambos integrados en el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM); y el Museo Nacional del Romanticismo y el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí, que dependen de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes.

El convenio, de dos años de duración, fue rubricado por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y por el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, en un acto celebrado en el Centro Penitenciario Madrid I, en Alcalá Meco, al que asistieron numerosas internas.

Durante el evento, Ortiz subrayó que «el acceso a la cultura es además una excelente palanca en el proceso de reinserción y de inclusión social, una inclusión que debe estar siempre en el origen y finalidad de todas las políticas penitenciarias». También recordó que desde la aprobación de la ley penitenciaria hace casi medio siglo, la dimensión cultural ha sido esencial en la formación personal de los reclusos.

Por su parte, Urtasun rememoró varias iniciativas ya en marcha que reflejan la cooperación entre cultura y reinserción. Entre ellas, mencionó el programa del Centro Dramático Nacional, que en los últimos cinco años ha permitido a más de 600 internos asistir a ensayos, preestrenos y encuentros con los equipos artísticos.

También citó el proyecto de ficción sonora Dramawalker, que recoge relatos y memorias de internas del centro Madrid I. Asimismo, destacó las visitas guiadas y talleres diseñados en museos estatales para conectar a los reclusos con las temáticas de las exposiciones.

Este nuevo acuerdo se enmarca en una estrategia más amplia de impulso a la reinserción a través de la cultura, consolidando una línea de trabajo que ya ha mostrado resultados positivos en distintas instituciones penitenciarias.

Queda por ver si su extensión a más centros y su aplicación a los condenados con medidas alternativas permitirá avanzar de forma efectiva en la inclusión social de estas personas.

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