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Cuadro restaurado con una máscara digital creada con inteligencia artificial

Cuadro restaurado con una máscara digital creada con inteligencia artificialMIT

El MIT elabora un método de restauración de obras de arte con IA, reversible y en tan solo unas horas

El método consiste en la configuración de una máscara que se aplica a la obra de arte dañada y que puede retirarse en cualquier momento

El Debate sobre la intervención posterior, muchas veces irreversible, en una obra de arte deteriorada es una constante entre restauradores e historiadores del arte. ¿Hasta qué punto es legítimo reconstruir partes deterioradas o perdidas de un cuadro o una escultura?

¿Debe integrarse la parte restaurada en la obra original hasta el punto de no distinguirse o, por el contrario, debe quedar clara la intervención para diferenciar la parte original de la añadida?

El MIT ha entrado de lleno en la cuestión con una nueva tecnología de inteligencia artificial que permite restaurar una obra de arte con una máscara que puede retirarse en caso de que se quiera exponer la obra original sin la intervención.

La técnica, expuesta en la revista Nature por el estudiante de posgrado de ingeniería mecánica del MIT, Alex Kachkine, consiste en la elaboración de una restauración digital trasladada a un formato físico que se aplica de forma física a la obra original.

La restauración, según se explica en la publicación especializada, se imprime en una película de polímero de grosor extremadamente mínimo, a modo de máscara –exactamente igual que en los programas de edición fotográfica– que se puede aplicar sobre la pintura sin riesgo de dañarla y con la posibilidad de retirarla rápidamente en cualquier momento.

Además, aunque finalmente se decida no aplicar la restauración a la obra, el archivo digital de la máscara puede almacenarse para que futuros restauradores puedan trabajar sobre ella en nuevas técnicas de reconstrucción o, incluso, que investigadores cuenten con ese trabajo para el desarrollo de nuevos estudios científicos.

Los investigadores del MIT ya realizaron una prueba real del método sobre una pintura al óleo del siglo XV. Precisamente, se eligió esta obra por su estado de conservación particularmente dañado.

Mediante un método de inteligencia artificial se identificaron 5.612 puntos deteriorados que era necesario restaurar. A continuación, los restauradores, con la ayuda de la IA, construyeron la máscara de relleno, para lo cual se emplearon 57.314 colores diferentes. Todo el proceso tardó 3 horas y media en completarse, según el MIT, 66 veces más rápido que con un método de restauración tradicional.

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