Portada de «Samuelson vs Friedman» de Nicholas Wapshott
'Samuelson vs Friedman': relato de una batalla dialéctica entre dos titanes de la teoría económica y política
El editor Nicholas Wapshott reúne los textos del enfrentamiento dialéctico entre Paul Anthony Samuelson y Milton Friedman, y reflexiona sobre su influencia en el pensamiento económico contemporáneo
El británico Nicholas Wapshott ha estado a cargo de publicaciones como The Sunday Times y The Times Magazine, aparte de colaborar en la agencia Reuters y medios como CNN, ABC, Fox News. En 2013 Deusto editó en España su Keynes vs Hayek: el choque que definió la economía moderna. En esta ocasión, Wapshott traslada otro «enfrentamiento», el que sostuvieron dialécticamente durante décadas Paul Anthony Samuelson (1915–2009) y Milton Friedman (1912–2006).
Ambos eran afamados economistas y académicos, consiguieron el Premio Nobel de Economía, y ejercieron notable influencia en las decisiones políticas de diferentes gobiernos. En el caso de Friedman, su asesoramiento directo se dejó sentir en las decisiones de Richard Nixon y Ronald Reagan, y también en el consejo de ministros que dirigía Margaret Thatcher. El «campo de batalla» donde Samuelson y Friedman contendieron fue —especialmente, en lo que se refleja en este libro— la revista Newsweek.
Las divergencias y planteamientos de estos dos eruditos siguen resultando hoy de enorme relevancia. ¿Hasta qué grado debe ejercer el Estado su peso en la economía? ¿Cómo ha de regularse el dinero? ¿El dinero es del ciudadano que lo ha ganado con su esfuerzo, o es una concesión discrecional del Estado? ¿Es mejor una política de impuestos bajos o altos? ¿Qué consideración cabe la dimensión social del ser humano, la necesidad u oportunidad de atender sanidad, obras públicas, pensiones de jubilación, con cargo al erario común? ¿La economía debe ser flexible a las circunstancias y coyunturas, o debe ser férrea y destinarse a provocar un modelo concreto de sociedad? Sin duda, cuestiones que podemos debatir teniendo delante las observaciones y reflexiones tanto de Samuelson como de Friedman.
deusto / 400 págs.
Samuelson vs Friedman
Según refleja el autor, Friedman se preguntaba «¿Cuál es la justificación para imponer impuestos a personas de bajos ingresos para financiar lujos para individuos de altos ingresos?». Por su lado, «a Samuelson le gustaba cuestionar el uso restringido que Friedman hacía de la palabra libertad». Visto así, «el precio de pertenecer [a la sociedad] es la obligación de pagar por los servicios comunes a través de impuestos». En palabras de un juez del Tribunal Supremo de EEUU —impreso en Newsweek—, «los impuestos son el precio por una sociedad civilizada».
En todo caso, no estamos ante una obra para especialistas y orientada a indagar en teorías y abstracciones con lenguaje sólo apto para iniciados. El libro muestra, al mismo tiempo, de manera práctica, la evolución de la economía, de la universidad y de la política desde la América de la década de 1930 hasta la actualidad. Por estas páginas desfilan Alan Greenspan, John F. Kennedy, Bush padre e hijo, Bill Clinton, Ben Bernanke, entre otros dirigentes del dólar o de la Casa Blanca. Pero también aparecen diversos personajes, de tal modo que la narración del libro resulta amena, abundante en anécdotas y retratos humanos. Porque la «batalla» entre Samuelson y Friedman fue respetuosa y cordial. Aunque sólo fuese por esto, ya nos habrían enseñado mucho estos dos titanes de la economía.
Dentro de anecdotario cabe mencionar que, según Wapshott, Samuelson empezó cobrando 400 dólares por columna —equivalentes a 3.450 dólares de 2020—, y en poco tiempo sus honorarios se situaron en «12.750 dólares al año —98.600 dólares de 2020— por diecisiete columnas».
En el apartado de pegas que caben objetarse a este libro —además de su enfoque anglosajón—, puede señalarse un cierto sesgo, como el que resulta evidente en las referencias al presidente Donald Trump —omite sus logros económicos, y enfatiza sus aspectos polémicos—. Y también algunos pasajes que dedica a Friedman; por ejemplo, «en vez de gasto público, regulación gubernamental y el Estado como prestamista de último recurso, Friedman ofrecía un mundo idílico en el que el mercado por sí solo purgaría los viejos males del desempleo, el racismo, la desigualdad de renta y la educación deficiente que los repetidos esfuerzos del Gobierno no habían logrado solucionar». En esta presentación, Wapshott equipara «la sólida deformación inconformista en el carácter de Friedman» con Groucho Marx cuando cantaba en Plumas de caballo (1932): «Puede que tu propuesta sea buena, pero vamos a dejar una cosa clara: sea lo que sea, ¡estoy en contra!».
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