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29 de abril de 2024

Louisa May Alcott

Louisa May AlcottShutterstock

Salen a la luz obras inéditas de Louisa May Alcott, autora de 'Mujercitas'

Max Chapnick, asegura haber encontrado textos inéditos de la escritora, siete cuentos, cinco poemas y una obra de no ficción bajo el seudónimo de EH Gould.

El académico estadounidense Max Chapnick descubrió estos escritos cuando buscaba otros textos de la prolífica autora. También, legó cuentos góticos y una colección de novelas y relatos que tratan temas tabúes para la época como el adulterio y el incesto, firmados bajo el seudónimo de A. M. Barnard.
Chapnick buscaba The phantom (El fantasma), una historia que aparece en las listas que la famosa escritora hizo de sus obras pero que aún no fueron encontradas; y en una base de datos online donde realizaba su investigación dio con un relato titulado de la misma forma aunque firmado como E.H. Gould.
El investigador explicó al diario The Guardian que The phantom tenía muchas pistas pistas que apuntaban a la escritora.
El texto hallado por el norteamericano, era una parodia de Cuento de Navidad, de Charles Dickens. De hecho, May Alcott «actuó en muchas adaptaciones de Dickens». Interpretaciones donde solía escoger roles masculinos. Como si nunca hubiera dejado de ser su Jo de Mujercitas, que prefería el mundo de los varones al de las niñas.
Siguiendo el hilo del primer hallazgo, Chapnick encontró historias de Gould que también contenían pistas: el apellido de un personaje principal era Alcott; el título de una pieza de no ficción era The Wayside, nombre de la casa donde Louisa vivió a los 13 años.

No podía escribir bajo su apellido

Si se confirma su descubrimiento, EH Gould no sería el único pseudónimo conocido de Alcott. En 1942, Madeleine Stern y Leona Rostenberg, descubrieron en los propios artículos de Alcott conservados en la Universidad de Harvard que la autora había firmado muchas historias como A.M. Barnard.
En las décadas siguientes, se redescubrió toda una serie de historias góticas de crímenes y melodramas, escritas bajo el pseudónimo de Barnard.
Los pseudónimos, subraya el investigador estadounidense, permitieron a Alcott escribir sobre temas de su interés, «pero que quienes lo rodeaban habrían considerado inapropiados, como el consumo de drogas, la codicia, la pobreza o las cuestiones de género».
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