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03 de mayo de 2024

José Ignacio Nicolás–Correa, autor de

El autor de La Segunda República, origen de la Guerra Civil. Por qué su sectarismo alentó la tragedia

Entrevista al autor de La Segunda República. Por qué su sectarismo alentó la tragedia

José Ignacio Nicolás–Correa: «La mayoría de políticos se fueron polarizando hasta el extremo»

El empresario ha publicado cuatro libros. En el último de ellos, La Segunda República, origen de la Guerra Civil. Por qué su sectarismo alentó la tragedia (Almuzara), trata de mostrar de qué modo, la República y la polarización social, fueron la mecha de la Guerra Civil

José Ignacio Nicolás-Correa es Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (1971), Diplomado en Asesoría Fiscal de Empresas (ICAI) y P.D.G. por el Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), Universidad de Navarra y habla varios idiomas. También está doctorado en Historia por la Universidad San Pablo CEU.
En la actualidad ocupa el cargo de Presidente tanto de Nicolás Correa, S.A., como de las empresas del GRUPO CORREA. Ha sido Consejero del ICEX, Presidente del Comité Europeo de Fabricantes de Máquina Herramienta (CECIMO) y Presidente de la Federación del Metal de Burgos, así como Presidente de APD en Castilla y León. Además, actualmente, es Miembro del Consejo Asesor de Caixabank en Castilla y León.
Ha publicado cuatro libros. El último de ellos La Segunda República, origen de la Guerra Civil. Por qué su sectarismo alentó la tragedia. (Almuzara)

Deterioro de la convivencia

-¿Cuál fue el ambiente político y social, previo a la confrontación?
–El ambiente político y social se empezó a deteriorar ya desde que el 11 de mayo de 1931, fueron pasto de las llamas iglesias y edificios religiosos. Pero el tema no se quedó ahí, la violencia se fe generalizando, especialmente en 1934, en cuanto el centroderecha llegó al poder.
La situación se agravó, más si cabe, en cuanto el Frente Popular llegó al poder y tuvo su culmen la noche del 12 al 13 de julio de 1936, cuando miembros de las fuerzas del orden del Ministerio del Interior, la mayoría de uniforme, llegaron a sacar de su casa de madrugada y acabar con la vida del líder más representativo de la oposición. El número de muertos, en ese período se admite, generalmente, que fue el de alrededor de 400.
Almuzara Universidad

Almuzara UniversidadAlmuzara Universidad.

–Por qué desembocó en guerra la segunda república?
–Yo estoy convencido de que nadie quería una guerra pero también es cierto que ambos bandos estaban dispuestos a todo, dadas las circunstancias. Incluso, miembros del Gobierno, manifestaban con frecuencia, que era mejor que los insurrectos se sublevaran y poder así hacer una «limpia» de los 400 o 500 cabecillas.
Por parte de los sublevados, por una parte, hubo indecisión hasta el día 13 de julio y yo pienso que la mayoría pensaba que con golpe de Estado sería suficiente para reconducir las cosas.

No tiene mucha explicación que un pueblo se dejase llevar hasta esas cotas de crueldadJosé Ignacio Nicolás–Correa

No aceptar los resultados

–Cuánta responsabilidad tiene la misma república en la contienda?
–El bloque republicano–socialista es evidente que no estaba dispuesto a aceptar unos resultados electorales que les mantuvieran alejados del poder, como ocurrió en Noviembre del 33.
Además Europa estaba dividida en dos bloques: el de Hitler y Mussolini y el de de la Unión Soviética, en España se consideraba que se podía instaurar uno de los dos regímenes.
De hecho uno de los mayores líderes socialistas, Largo Caballero, abogaba por la instauración de la Dictadura del Proletariado.
–¿Quiénes fueron sus principales responsables?
–Además de Caballero, se puede afirmar que las posiciones de la inmensa mayoría de los líderes políticos se fue polarizando hasta el extremo. Por parte de la derecha, desde Franco hasta Mola, Fanjul, Goded, Sanjurjo y Yagüe, pensaron que había llegado el momento.
–Y una última, a modo de síntesis: ¿Cómo pudieron llegar a matarse entre hermanos? George Bernanos llegó a afirmar que era un escándalo porque fue una guerra entre hermanos educados por la Iglesia. ¿Qué puede decirme de esto?
–Se cumplió la vieja máxima de que las guerras se sabe como empiezan pero no cómo terminan. La verdad es que no tiene mucha explicación que un pueblo se dejase llevar hasta esas cotas de crueldad, cuando se estima que el 80% de los contendientes se posicionaron en uno u otro bando, según donde les había tocado estar el 18 de julio.
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