Detalle de portada de 'Banderas del Palacio de Loredán'
Banderas del Palacio de Loredán. El legendario museo que Carlos VII de Borbón formó en Venecia
Reconstrucción erudita de una colección perdida que revela la vida de Carlos VII
José Fermín Garralda, en sus palabras de presentación a esta magna obra, señala muy acertadamente que «este libro no está escrito desde la aparente neutralidad de un catálogo frío y carente de significados», sino que trata de recoger el alma de sus protagonistas. Y en ello radica gran parte de su interés.

Sevilla, Campomanes editores (2024). 565 páginas
Banderas del Palacio de Loredán
En el palacio veneciano de Loredán, donde vivió sus últimos años, Carlos VII recogió una magnífica colección de recuerdos históricos carlistas que en buena parte fue dada a conocer en cuatro láminas en color publicadas por la revista El Estandarte Real entre diciembre de 1890 y junio de 1891, llegándose a anunciar una quinta que nunca vio la luz. Tras su muerte, la colección se dispersó con las múltiples peripecias que recoge Iñigo Pérez de Rada, gran erudito y coleccionista, a quien junto al museo del Carlismo de Estella pertenecen en la actualidad buena parte de los fondos que se reseñan.
Pérez de Rada no se limita en su obra a dar a conocer el catálogo de las piezas existentes en el palacio de Loredán y la ubicación actual de las que se han podido localizar, a las que añade otras que le consta que también estuvieron en el mismo lugar, todo ello con unas amplias notas históricas que ayudan a comprender su relevancia, sino que su libro incluye además una documentadísima y amena historia de la vida de Carlos VII en el exilio.
Es imposible destacar en unas breves líneas las múltiples aportaciones que hace Pérez de Rada al estado de nuestros conocimientos, aunque reconozco que a mí una de las que más me ha llamado la atención es la referente a la nota biográfica que hace de Middleton, el voluntario yanqui de los tercios carlistas que, tras haber comprado en subasta buena parte de las banderas que había en Venecia, las legó permitiendo así que se creara el Museo de Recuerdos Históricos de Pamplona, cuya historia deja bien en evidencia el desinterés del régimen de Franco por el carlismo.