El cantante italiano Al Bano el pasado febrero en Madrid
Al Bano vuelve a los escenarios, la estrella de los 70 y 80 (junto a Romina) que se enfrentó a Michael Jackson
En É la mia vita el cantante italiano, de 80 años, repasa sus grandes éxitos. El pasado lunes y este martes actuó y actúa, respectivamente, en Barcelona, el próximo día 22 en el Teatro Real de Madrid y el 23 en el Palacio de Congresos de Valencia
Generaciones enteras recuerdan el dúo que formó el cantante italiano Al Bano y su esposa, la bella estadounidense Romina Power, hija de la estrella de Hollywood de los 40 y 50, Tyrone Power. Tyrone protagonizó Fiesta, una película relativamente olvidada sobre la primera novela de Hemingway, que transcurre en España, mayormente, con Ava Gardner o Errol Flynn entre los demás protagonistas.
San Remo
Los tiempos de Al Bano y Romina eran también una fiesta como la que no se acababa nunca de aquel París. O eso decían, porque al final ambas acabaron para dar paso a épocas peores. Los festivales como Eurovisión, pero sobre todo San Remo, fueron la casa de Al Bano y Romina. La televisión, su medio favorito, la imagen favorita. La voz de él y el pelo liso y moreno de ella con sus grandes ojos y su timbre de acompañamiento, el enamoramiento que traslucían, conquistaron al público.
Al Bano y Romina Power el día de su boda en 1970
En 1995 Al Bano demandó a Michael Jackson por su canción Will you be there, de la que aseguraba que era un plagio de I cigni di Bálaka de 1987. Las turbulencias empezaban a aparecer en la vida del italiano. Resultó que la canción sí era un plagio, pero el tema de Al Bano también tenía notorios ecos de conocidos «blues» estadounidenses, por lo que un tribunal terminó fallando que aquellas composiciones podían haber inspirado tanto a Jackson como a Al Bano.
La desaparición de Ylenia
La desaparición de la hija mayor de la pareja, Ylenia, acabó con la fiesta. Los mejores 70 y 80 habían terminado. La tragedia, profusamente tratada en los medios, incluida la prensa amarilla, terminó con la imagen idílica de una familia trágicamente rota. La pareja se separó en el trance y su carrera artística acabó definitivamente diluida. Alejado de los focos durante décadas, rehecha su vida e incluso su ocupación como viticultor, el ídolo de San Remo, símbolo de una segunda Dolce vita, vuelve en solitario, sin su Romina, para cantar aquellas canciones que todo el mundo recuerda.
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