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15 de mayo de 2024

Arnaldo Otegi y Fermín Muguruza en el cartel de su próximo concierto

Arnaldo Otegi y Fermín Muguruza en el cartel de su próximo conciertoEFE

El auge de Bildu y su eco en la música: el proetarra Fermín Muguruza llenará dos veces el Bilbao Arena

Ya dijo Urtasun, el ministro, que iban a «ser muy tajantes en la defensa de la libertad de expresión», pero solo en una clase de expresión

Fermín Muguruza, ex de Kortatu y Negu Gorriak, grupos de música abertzales, independentistas, como el mismo Muguruza se define, que le cantaba y le canta a la fuga de los presos etarras y otras glorias letristas como en Dinero sucio español, donde llama «verdugos y violadores» a Hernán Cortés, Colón y Pizarro y como en otras canciones de claro sesgo antiespañol y proetarra, vendió hace unos días, en tan solo unos minutos, 8.000 entradas para llenar el Bilbao Arena. Un logro que le ha empujado a repetir concierto en diciembre ante la avalancha de peticiones.

Miembro de Euskal Herritarok

El éxito de Bildu en las últimas elecciones, el partido más votado junto al PNV y el partido heredero de tantos como el original brazo político de ETA, Herri Batasuna, y sus posteriores marcas como Euskal Herritarrok, formación de la que el propio Muguruza fue miembro, llega justo cuando el cantante proetarra obtiene el mayor éxito de público de su carrera: todo un ejemplo de la realidad social y cultural.
Cerca de mil víctimas inocentes, asesinados, secuestrados, torturados, años de terror sin sentido, y una sociedad vasca anestesiada, reeducada después del horror como reeducaron los comunistas chinos a su pobre último emperador, Pu Yi, reconvertido en un trabajador más que sonreía al final de su vida al contemplar el trono imperial de la Ciudad Perdida en el que estuvo sentado de niño en la película de Bernardo Bertolucci. La sociedad vasca es Pu Yi riendo como una oveja ante su cuna y llenando, por dos veces se supone (8.000 personas que serán 16.000) un recinto de enorme capacidad (al alcance de muy pocos: ni el mítico Sting consiguió llenar el pabellón vizcaíno) para escuchar las canciones que rememoran el terror hoy homologado.
Es la iniquidad de «la cultura». Ya dijo Urtasun, el ministro, que iban a «ser muy tajantes en la defensa de la libertad de expresión», pero solo en una clase de expresión. El mismo gobernante en su estreno pronunció hermosas palabras como estas: «Levantar la bandera de la cultura contra el miedo y la intolerancia». Resultan especialmente impresionantes estas palabras, «la bandera de la cultura contra el miedo y la intolerancia», mientras los herederos de la banda terrorista que sembró el terror y la muerte en España durante décadas se han convertido en el partido político más votado en el País Vasco, con terroristas (empezando por Otegi) en los primeros puestos de su escaparate.
Otegi o David Pla como símbolos de la antigua ETA y de esta nueva Bildu que no solo no se arrepiente de nada, sino que saca pecho de sus fechorías y asesinatos, son Fermín Muguruza agotando las entradas a su concierto en solo unos minutos: la demostración cultural de una enfermedad social infecciosa, inoculada por toneladas de traición y ceguera por parte de este Gobierno. También lo volvió a decir Urtasun, citando en este caso a la escritora feminista y nacionalista Montserrat Roig: «La cultura es el aire que respiramos». La cultura que en el País Vasco y en España es el aire que hiede a ETA.
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