La prueba de los 50 metros mariposa masculinos en este Mundial de natación
Sin Mireia Belmonte no había nada: el desastre de España en el Mundial de natación
Es la peor actuación de todo el siglo XXI, sin una sola medalla y algo peor: tampoco finalistas
Que la mejor actuación de un español en el Mundial de natación haya sido la de la entrenadora Andrea Fuentes salvando a Anita Álvarez, que se había desmayado sobre la piscina, ya habla de cómo está la natación española en estos momentos.
El Mundial que se sigue aún celebrando en Budapest –termina el domingo aunque ya con pruebas de salto y aguas abiertas– ha puesto de manifiesto el gran problema que tiene España en uno de esos deportes principales, sin ir más lejos la segunda disciplina que reparte más medallas en unos Juegos Olímpicos. España ha firmado un desastre en la capital húngara en la que es ya la peor participación de todo el siglo XXI.
El bajón respecto a las últimas ediciones es mayúsculo y más doloroso aún es si se compara con el Mundial del año 2013, celebrado en Barcelona, cuando España ganó cuatro medallas y, especialmente, tuvo. Porque quedar entre los tres primeros siempre es difícil, pero que nuestros deportistas estén en finales muestra a la perfección el estado en el que se encuentra. Y en esta edición la cifra es la más pobre posible: ni un solo finalista.
La única alegría española ha sido en la disciplina de natación sincronizada, allí donde también hace años España se hinchaba a ganar medallas. Ahora solo una, en la modalidad de Highlight, una disciplina en la que se logró el bronce.
Sin Mireia, el olvido
Incluyendo aquel Mundial de Barcelona –un total de cinco ediciones, contando la presente– España ha ganado ocho medallas en lo que es la natación estricta. Seis son de Mireia Belmonte. Una vez que la catalana no está, nuestro país no tiene ya relevo. La sombra de la mejor nadadora de nuestra historia va a ser larga y se ha demostrado que cuando ella no está la natación en España pasa al más absoluto olvido. La mejor forma de demostrarlo es que en este Mundial no ha habido ni televisión que haya emitido la competición.
Mireia ha decidido que esta sea una temporada de transición. Ya tiene 31 años, aunque se confía en que vuelva al menos a la lucha por las medallas en otros torneos. El año que viene vuelve a haber Mundial (en Fukuoka, Japón) como cita previa a los Juegos Olímpicos.
España ha firmado un desastre en este Mundial, que es ya el peor de nuestro país de todo el siglo XXI
Sin Mireia en el equipo, la Federación de Natación reconoce ahora que lo vivido en Budapest han sido unos resultados «muy pobres» e «injustificables» que evidencia «cierta involución». Los problemas a edades más tempranas, cuando más se trabaja para perfilar a los futuros nadadores y con un conflicto entre los técnicos, ponen en evidencia que en España las cosas no se están haciendo nada bien.
A tan solo dos años de París 2024, la situación de la natación española debería preocupar a todos los amantes del deporte, especialmente a los que tienen poder. La Federación de Natación cuenta con uno de los presupuestos más altos de su historia, pero aún así bajo con el esfuerzo que hacen otros países.
Mireia Belmonte durante una prueba del Mundial... de 2017
Si Italia ha dado con la tecla y ha ganado nueve medallas, cinco de oro, especialmente doloroso es ver el medallero en natación y comprobar que países como Corea del Sur y hasta Ucrania tienen medalla y Bosnia-Herzegovina, Egipto o Chile algún finalista. Y España ni una cosa ni la otra.
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