La Vuelta 2026 no será a España: 11 comunidades descartadas, final inédito y puertos poco atractivos

Desde hace varias temporadas, el concepto ciclista de «vuelta», «tour» o «giro» ha dejado de ser algo literal. A excepción de la Grande Boucle francesa, las otras dos grandes pruebas de la temporada llevan años ajustando los recorridos a los intereses económicos y se han olvidado del intento de llevar a los corredores a lo largo y ancho de sus países.

Evidentemente, es imposible cubrir todo el territorio de España, Italia o Francia en solo 21 etapas. Sin embargo, la tendencia a agrupar salidas y llegadas comienza a ser excesiva en el caso de La Vuelta. En 2026 la carrera apenas recorrerá el este y el sur del país, con hasta 10 etapas en Andalucía. Un planteamiento que ha sorprendido a los aficionados y que dejará a muchos de ellos sin la posibilidad de poder animar a los ciclistas si no hacen una buena cantidad de kilómetros para verlos.

Mónaco, Andorra y España

Como empieza a ser tradición, la salida de La Vuelta se celebrará lejos del territorio nacional. No son pocos los países extranjeros que se apuntan a la moda de albergar el pistoletazo de salida de las grandes pruebas ciclistas y los organizadores hacen caja. En 2026 serán las carreteras del Principado de Mónaco las primeras que recorra el pelotón. En 2025 fueron las del Piamonte italiano y en 2024 las de Portugal.

Después de la etapa de Mónaco habrá dos en Francia y una más en Andorra. A partir de ahí: la costa mediterránea y Andalucía serán los grandes protagonistas en cuanto a paisaje se refiere. Habrá incursiones a zonas montañosas como Valdelinares, en Teruel, o Elche de la Sierra, en Albacete, pero será en las provincias andaluzas donde se recorrerán la mayor parte de kilómetros, incluidos los de la última jornada en torno a Granada y su Alhambra.

Como ya se ha podido leer en redes, La Vuelta 2026 tiene más de «Vuelta a Andalucía» que de «Vuelta a España». Quizá los cambios más sorprendentes sean dos: Madrid no acogerá la etapa final y los ciclistas no ascenderán ninguna de las míticas cimas asturianas. Esta segunda cuestión es fundamental, puesto que puertos como el Angliru o los Lagos de Covadonga han sido jueces de la carrera en muchas ocasiones.

Si en otras ediciones el norte ha sido casi omnipresente, en 2026 queda totalmente excluido. Tal y como explicaba la directora general de Deportes del Principado de Asturias, Manuela Eleazar Fernández, a La Nueva España: «Es una decisión de la organización». Este cambio respecto a los planes habituales ha provocado multitud de comentarios y no son pocos los que piensan en las consecuencias del boicot propalestino de la pasada edición, que fue más intenso en esa zona.

Respecto a la decisión de no completar La Vuelta en Madrid, la explicación está en el desembarco de la Fórmula 1 en la capital de España. La fecha del esperado gran premio, el 13 de septiembre, coincide con la de la última etapa ciclista. Así, y al margen de lo que se vivió en 2025 por culpa de los manifestantes radicales, los organizadores optaron por el cambio de emplazamiento y pensaron en un primer momento en volar hasta Canarias, algo que después quedó descartado.

Un juez inesperado

El recorrido de La Vuelta 2026 se vuelve a olvidar de los contrarrelojistas. Apenas 9 kilómetros en la primera etapa de Mónaco y otros 32 entre El Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera. Montaña, por supuesto, habrá para todos los gustos: etapas monopuerto, dobles pasos por duras cimas como la de Hazallanas y ascensiones con historia, como la de Calar Alto. El recorrido cuenta con el mayor desnivel acumulado en una década. Eso sí, solo dos jornadas superan los 200 kilómetros, algo habitual en el nuevo ciclismo, pero impensable hace no tanto tiempo.

Habrá terreno de sobra para la batalla deportiva, pero puede que el factor diferencial sea algo ajeno. La Vuelta se disputará del 22 de agosto al 13 de septiembre, días de mucho calor en España y más en la zona sur del país. El riesgo de altas temperaturas estará siempre sobre la mesa y es posible que provoque más de una pájara entre los corredores. Esperemos que los tristes titulares sobre el boicot radical no dejen paso a otros sobre etapas que se cancelan o acortan por las quejas de los «esforzados de la ruta».