El regreso de Alonso a Mónaco, el circuito en el que perdió la '33' por un error de Aston Martin

Mónaco siempre ha sido un circuito marcado en rojo en el calendario de Fernando Alonso. El trazado monegasco es uno de los circuitos más exigentes del Mundial de F1, pero eso nunca ha sido un impedimento para el piloto asturiano. Al contrario. El bicampeón del mundo siempre se ha sentido especialmente cómodo por las calles del Principado y ya sabe lo que es ganar allí: lo hizo dos veces (2006 y 2007).

Sin embargo, el 28 de mayo de 2023 el ovetense se quedó con la miel en los labios. Ese día, Alonso tenía todo a su favor para triunfar por tercera vez en Mónaco. El coche iba como la seda, tenía ritmo y a lo largo del fin de semana fue superior al neerlandés Max Verstappen.

La ilusión era máxima y todos los seguidores del piloto asturiano daban por hecho que iban a volver a celebrar una victoria de 'Magic' Alonso en la F1. Ese triunfo no era uno cualquiera. Era uno muy especial. Y la esquizofrenia en redes sociales sobrepasó cualquier límite. El ovetense tenía todo a favor para conseguir la ansiada victoria número 33 en la máxima categoría del automovilismo mundial.

Alonso se había preparado exhaustivamente para la cita. Había trabajado codo con codo con sus ingenieros para volver a ganar en Mónaco como él mismo reconoció en una entrevista. «La preparación fue la más grande y precisa que he hecho en un fin de semana en la Fórmula 1».

Sin embargo, un error en la estrategia de Aston Martin acabó condenando a Fernando Alonso. Se había puesto a llover en Mónaco y las condiciones pasaron a ser peligrosas. Fue entonces cuando los ingenieros le llamaron para cambiar los neumáticos.

El ovetense se pensó que iba a afrontar las últimas vueltas del gran premio con las gomas intermedias. Pero ese deseo no se cumplió porque, inexplicablemente, le montaron los neumáticos medios y esa decisión le acabó afectando. Perdió mucho tiempo, el circuito se puso realmente peligroso y al bicampeón mundial no le quedó otra que conformarse con una segunda plaza que no le supo a nada por mucho que fuera el quinto podio de la temporada.

En esa parada en boxes se esfumó el sueño de la '33'. Con otra decisión, el asturiano habría vuelto a ganar una carrera en la F1 diez años después (Barcelona 2013 con Ferrari fue la última). La victoria era realista. De hecho, los datos demostraron que el ovetense habría ganado la carrera si en Aston Martin le hubieran montado los neumáticos intermedios en la vuelta 54, algo que acabó haciendo una vuelta más tarde tras cambiar a los medios.

Situación radicalmente distinta

Mucho han cambiado las cosas desde aquel 28 de mayo de 2023. La situación es radicalmente distinta y la realidad de Aston Martin es la que es. En la escudería británica han vuelto a repetir los errores de la temporada 2024 y en lo que va de temporada, Fernando Alonso aún no ha sido capaz de puntuar.

El asturiano está desesperado. En el GP de Ímola tuvo la oportunidad de sumar los primeros puntos de la temporada, pero Aston Martin se volvió a equivocar en la estrategia y el ovetense acabó resignado y dándose golpes en el casco («Va a ser una tortura. Va a ser un naufragio. Soy el piloto con la peor suerte del mundo», llegó a decir por la radio del coche).

Así las cosas, Fernando Alonso vuelve a aterrizar en Mónaco dos años después de aquel error de estrategia que le costó la '33' sin ningún tipo de expectativa por mucho que en Aston Martin aseguren que el rendimiento del AMR25 ha mejorado en las últimas semanas y que están dando pasos hacia adelante para tratar de acabar entre los puntos.

«Espero que sí, espero que sí. Este (Ímola) circuito es excepcionalmente accidentado, con mucha influencia del pilotaje, así que las características del pilotaje que se configuran en comparación con los circuitos anteriores son diferentes. Mónaco es único a su manera. Luego vamos a Barcelona, pero en Barcelona hay cambios en la flexibilidad del alerón delantero de la FIA, así que sí, seguimos avanzando», comentó al respecto Andy Cowell, jefe de la escudería británica.