Dos gigantes, Courtois y Modric, condenan al Madrid

Dicen que estos partidos son casi siempre cosa de detalles. Y si pasó que dos errores de dos gigantes condenaron al Madrid en esta final memorable. Desde el descanso, por concretar. Courtois se equivocó en el gol del empate, salió fatal, habilitó a Ferran. Modric erró en el tercero y definitivo: marró una salida de pelota, buscó a Güler y encontró a Koundé. Debe ser la segunda mala salida de Luka en su vida. El fútbol.

Campeón legítimo el Barça sin la goleada que se anunciaba. Y se cantaba tras un primer tiempo pavoroso del Madrid, otro más. La noticia de la noche fue la resurrección interruptus del Madrid tras el descanso. Le dio la vuelta al marcador, pero no volvió a tirar a puerta tras el 1-2.

Tuvo llegadas prometedoras en ese tiempo decisivo, pero el efecto Mbappé, que había cambiado el panorama con su presencia y su gol, no tuvo la continuidad asesina que necesitaba.

La reacción del Madrid tras el descanso hizo posible que hubiera final. Y cabe calificarla de enorme desde luego. De las mejores. Cayó, era previsible. Lo hizo con la cabeza alta. Le faltó poco para salirse con la suya, pero hay veces que el fútbol premia a quien es mejor.

Y en este momento, este Barça es mejor que este Madrid que se acerca a despedir la temporada sin haber sido un equipo. Debió influir en ello que no lograra mantener su ventaja. El rival sí es equipo, no puede extrañar que puestos en el alambre sepan agarrarse a eso, a su condición de bloque. Flick no ha perdido una final en su vida, por cierto.

Primer paso pues de los azulgrana camino del triplete. Se lo jugará en la Champions, la Liga es cuestión de tiempo. La tiene en sus manos, ánimo por las nubes tras este éxito. Viajará a Pucela y habrá otro clásico, este en Montjuïc: con empatarlo habrá terminado el suspense. Este Madrid intentará lo que parece imposible. Mención de honor en sus filas al central Cubarsí, en lo individual el mejor de todos los que jugaron.

¿El Madrid? Pues pensado ya en el Mundial de Clubes. Volvió la sospecha de que Güler ha jugado poco, por cierto. La sensación de cambio de ciclo se agranda pues. Lo que supone entrenador nuevo con refuerzos de su gusto.

En el marcador no hay reproches. En el juego, los hay y muchos. Como lo doy por sabido, sigamos. Cabe esperar también que cambie la suerte con las lesiones. Mendy se rompió casi sin romper a sudar. La salida de Rüdiger compendia también que el equipo, además del juego ha perdido la salud.

Total, el esperpento de la víspera dio paso a una final con casi todo. Por cierto. El árbitro de campo no influyo. El del VAR intervino para anular un penalti en el minuto 90. Admitamos que escuchado ayer, tiene su mérito. El penalti era a favor del Barça. ¡Qué magnífica ocasión perdieron de quedarse callados!